La distancia entre decir y hacer

Esta mañana he participado en el Manager Business Forum, un evento que se ha convertido en el más populoso de los celebrados en nuestro país. En el Congreso Nacional de Alta Dirección ("Dirigir con perspectiva, reflexiones para la Dirección General) ha participado la mayoría del "Top Ten del management español": Javier Fernández Aguado, José Aguilar, José Manuel Casado, Nuria Chinchilla (premiada como "Most Valuable Speaker 2007"), Alfonso Jiménez y un servidor. Además, el caso de Microsoft (con Yolanda Rodríguez y Elena Dinesen), la empresa preferida para trabajar en nuestro país. Todo en una mañana.
En mis 30 minutos de presentación, he compartido con los asistentes algunas reflexiones sobre los "Retos del talento para la Alta Dirección". He tratado, cómo no, el Talento, el papel de las emociones, el dreanje del talento (físico, emocional, mental, espiritual) como pérdida del compromiso y los nuevos liderazgos.
De las palabras de mis compañeros y las mías propias se deduce que en un mundo en el que el talento es más escaso (y por tanto, valioso) que el capital, la economía de la demanda se ha transformado en economía de oferta en términos laborales. Corren buenos tiempos para la atracción, la fidelización y el desarrollo del talento.
Por la tarde, Luis Mariñas (un extraordinario periodista) me ha entrevistado para el programa "Años Luz" de Telemadrid, un programa de los de antes, en los que el presentador se centra en el tema y en el experto, no en ser la "prima donna" y convertirse en protagonista. Luis me ha vuelto a la cruda realidad: más de 7'5 millones de nuestros compatriotas sufren de problemas psicológicos como consecuencia de ambiente laborales hostiles; más de un tercio de los jefes son "tóxicos" y sólo uno de cada seis es un/a auténtic@ líder; trabajamos más horas que nadie en Europa y con una de las productividades más bajas (junto a Grecia), que además no crece. En fin, que la 8ª economía del mundo somos la 29ª en competitividad y la 26ª en calidad directiva y educación.
El trecho de la mañana a la tarde es el mismo "medio metro" (que dirían en UBISA) que va del corazón a la cabeza. Poseemos algunas de las mejores escuelas de negocios del planeta, algunos empresarios y ejecutivos admirables (auténticos quijotes)... y mucha mediocridad que ni siquiera es consciente de sus limitaciones. Como optimista que soy, creo que seremos capaces de mejorar en nuestra calidad directiva y recorrer buena parte del largo trecho que falta, en poco tiempo.