American Ganster

Me ha encantado que Javier Bardem recibiera el Globo de oro al mejor actor de reparto y Julie Christie como mejor actriz por Lejos de ella.
He visto el pasado fin de semana la última película de Ridley Scott, American Ganster. Me gusta el cine de este director británico de 70 años, que crea como nadie “mundos completos”: la Roma imperial (Gladiator), Florencia (Hannibal), una ciudad del futuro (Blade Runner), las cruzadas (El Reino de los Cielos), la campiña francesa (Un buen año) o, como en este caso, el Harlem de finales de los 60.

De las 17 películas que ha realizado (en los 70, Los duelistas y Alien, el octavo pasajero; en los 80, Blade Runner, Legend, La sombra del testigo y Black Rain; en los 90, Thelma y Louise, 1492: La conquista del paraíso, La tormenta blanca, La teniente O’Neil y Gladiator; y en este siglo XXI, Hannibal, Black Hawk derribado, Los impostores, El reino de los cielos, Un buen año y American Ganster), he visto todas ellas (una cinta cada dos años, desde 1977). Creo que Alien, Blade Runner, Thelma y Louise y Gladiator está en lo mejor de la historia del cine. Por algo Sir Ridley ha sido nominado tres veces al Oscar (por Thelma y Louise en el 91, Gladiator en el 2000 y Black Hawk derribado en 2001), aunque no lo ha ganado nunca. Evidentemente, también ha hecho petardos, como Legend (con Tom Cruise) o La teniente O’Neil (con Demi Moore).

Me ha gustado mucho American Ganster, la historia (real) de Frank Lucas, traficante afroamericano de drogas durante la guerra del Vietnam. Durante 15 años, Lucas fue el chofer de “Bumpy” Johnson. Aprendiendo de él (de su “modelo de negocio”, pero sobre todo de sus comportamientos como líder social), construyó un imperio que daba trabajo a 100.000 personas. A él se enfrenta Richie Roberts, un policía honesto y curtido contra el hampa. La película huele a Oscars, no sólo por su director, sino por el guionista (Steven Zaillian, de La lista de Schindler), el productor (Brian Grazer, Una mente maravillosa), los protagonistas (Denzell Washington, que lo ganó con Training Day y Russell Crowe, que lo obtuvo por Gladiator) y los secundarios (Cuba Gooding Jr., Armand Assante, Josh Brolin…). Ha sido la gran apuesta de la Universal esta temporada.

¿Qué podemos aprender de American Ganster? Ridley Scott presenta a un “empresario” que “ofrece” un producto con el doble de calidad y la mitad de precio que sus competidores, básicamente porque compra en la fuente, sin distribuidores que incrementan el coste. El personaje que interpreta Denzel Washington vive con un código ético riguroso (que comparte el policía interpretado por Russell Crowe): bajo perfil, viste elegante y discreto, no bebe ni se fuma, se casa con su novia (Miss Puerto Rico). Aprovecha un resquicio en el mercado, ocasionado por el fallecimiento de su jefe y maestro, para controlarlo. Se apoya en la confianza de su propia familia para la distribución. Crea una marca (Magia Azul), con el doble de calidad a la mitad de precio (el kilo de heroína al 50% valía 60.000$ y Lucas compraba en Indochina heroína al 100% por 4.200$ el kilo). Todo funciona a las mil maravillas, en un entorno en el que un tercio de los soldados americanos en Vietnam se drogaban y en el que dos tercios de los policías de Nueva York ligados a los estupefacientes eran corruptos. Nixon dijo (y en la película aparece) que la droga era el principal enemigo del país. La colaboración entre los dos protagonistas, al final de la película será determinante para el desenlace.

Es curioso el proceso de creación de American Ganster. En el año 2000, el New York Magazine publicaba la historia de Frank Lucas. A Brian Grazer, que suele producir películas basadas en historias reales (8 millas, Cinderella man, la mencionada Una mente maravillosa), le pareció una curiosa metáfora del “sueño americano”. Convenció al guionista Steven Zaillian que hiciera un guión sobre la vida de Frank Lucas (además de Schindler, ha escrito Gangs of New York). Trató durante meses con Lucas y con Richie Roberts, en los 70 policía y después abogado defensor. El proyecto pasó por Oliver Stone, por Antoine Fuqua (director de Training day, que le valió el Oscar a Denzel Washington) y finalmente por Ridley Scott, que creó este “duelo interpretativo” entre un mafioso de ética familiar intachable y este policía íntegro de ética familiar más que dudosa.

De las últimas pelis anglosajonas que he visto, American Ganster me parece una de las mejores con diferencia.