Dos estilos de Liderazgo

Un día completo en la oficina. Primera sesión de coaching estratégico con el director general de una cadena hotelera, comida con algunas compañeras de eurotalent y preparación de una propuesta sobre modelo de innovación para una multinacional de alimentación.

Me gustó anoche el discurso de la Presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, Ángeles González-Sinde, en el transcurso de la 22ª edición de los Premios Goya.

Comenzó su discurso de bienvenida con el recuerdo al fallecido Fernando Fernán Gómez, cuyo Viaje a ninguna parte fue la triunfadora de la primera edición de los premios, para referirse a la actual situación del cine español, del que dijo que a veces "parece estar embarcado en un viaje a ninguna parte"."Hay mañanas en que escuchando la radio o leyendo el periódico uno pensaría que el cine de este país, una industria que genera empleo y riqueza, no es querido por sus ciudadanos y está dejando de formar parte de la sociedad', afirmó. Sin embargo, la presidenta de la Academia de Cine aseguró no pensar del mismo modo, y lamentó que muchas de las películas no lleguen a ciudades y pueblos. “Eso sí que es un viaje a ninguna parte”, recalcó Ángeles González-Sinde.
"Éste no es un viaje a ninguna parte, es un viaje que atraviesa una revolución tecnológica” y al que ya se están incorporando prometedores cortometrajistas, brillantes directores noveles, guionistas debutantes, técnicos precisos y actores y actrices que nos harán sonreír o llorar mañana”. En un año marcado por la tramitación de la Ley de Cine y el canon digital, la presidenta también hizo un alegato a favor de los derechos de propiedad intelectual que protegen las obras, y que son “tan valiosos para un país como los bienes materiales”.

NADA SE HACE SIN QUE ANTES SE IMAGINE. Vivimos en un mundo en el que no queda tiempo para imaginar; un mundo de usar y olvidar. "Los ingresos de taquilla no son el único beneficio que el cine genera a una sociedad”; el cine es una máquina del tiempo que muestra las costumbres, idiomas y valores de un país. Puso como ejemplo el de una niña de nueve años que vea La gran familia y aprenda de ella.

De “el viaje a ninguna parte” a “el viaje a todas partes”. Me encanta el estilo de liderazgo de Ángeles González-Sinde: puro talento femenino.

Por lo demás, siete Goyas para El Orfanato (creo que hubiera merecido además el de Mejor Película, Mejor Actriz principal, Mejor Actriz de reparto, Mejor Actor revelación y Mejor Música original, pero muchas veces en nuestro país el éxito no se perdona), cuatro para Las trece rosas y tres para La Soledad (sorprendente para una cinta, excelente por otro lado, que casi nadie ha visto). Me ha gustado especialmente el Goya a Fado da Saudade como Mejor Canción original.

Contrasta la forma de dirigir (las películas, la Academia) de Ángeles con el “estilo” de Sylvester Stallone, que ha pasado por España para presentar John Rambo (ojo, Fotogramas la ha calificado con cuatro estrellas sobre cinco).

Entrevistado hoy en La Gaceta, este actor, guionista y director de 61 años señala que sus personajes (Rambo, Rocky) cuando vuelven a casa, se sienten solos (“Todo el mundo quiere tener un sentimiento de pertenencia a la sociedad”). Quería mostrar a los jóvenes lo brutal que puede llegar a ser una guerra real. Rambo, que en esta entrega rescata a unos misioneros del infierno de Birmania, cree que la guerra es lo natural, la paz es un accidente.

“John Rambo es violento porque el mundo es violento, y yo no voy a esconderlo” (Stallone). No lo creo. Prefiero el sosiego, la claridad y la serena lucha de la Presidenta de la Academia al ímpetu de “macho alfa” de los Rambos de este mundo.