Reconciliación

Día de la Tierra. Una ocasión para mentalizarnos de la importancia del medio ambiente y la necesidad de cuidarlo.

Hoy, de nuevo en Madrid, he participado en varias reuniones relativas a propuestas innovadoras sobre gestión de la diversidad y sobre atracción, fidelización y desarrollo del talento (clase creativa), así como la preparación del próximo congreso nacional de ética y responsabilidad social a celebrar el próximo mes de octubre.

También he leído Reconciliación. Islam, Democracia y Occidente, de la difunta Benazir Bhutto. En más de 400 páginas, el testamento político de una gran líder.

Benazir Bhutto regresó a su país, Pakistán, el 18 de octubre de 2007. Tres millones de compatriotas se juntaron en Karachi para darle la bienvenida. Una tentativa de asesinato que produjo 169 muertos. Con Mark Siegel, escribió este magnífico libro. Siegel escribe sobre ella: “Benazir Bhutto fue la prsona más valiente que jamás he conocido y una amiga irremplazable”. Fue asesinada el 27 de diciembre de 2007 en Rawalpindi (ese día lo comenté en este blog). Un mujer admirable y noble. Una mujer líder.

En el primer capítulo, El camino de regreso, trata de su vuelta a Pakistán desde Dubai. Su marido y sus hijos se quedaron en el emirato. “El fracaso a la hora de resolver pacífica y racionalmente esta tensión amenaza con degenerar en una colisión de valores que provocarán un choque entre el Islam y Occidente. Sólo hallando en el interior del Islam una solución a este debate –una solución que englobe la democracia, los derechos humanos, el papel de las mujeres en la sociedad, el respeto por otras religiones y otras culturas, por la tecnología y la modernidad- se podrá dar forma a las futuras relaciones entre el Islam y el mundo occidental. Ambos choques se pueden evitar. Necesitamos solamente acuerdo y reconciliación.”

El segundo capítulo trata de La batalla en el interior del Islam. 11-S: “El asesinato de tres mil personas inocentes en nombre de la yihad no sólo es la antítesis de los valores del mundo civilizado, sino también de los preceptos del Islam mismo”. Para la Bhutto, el Islam combate la opresión y la tiranía. Consagra la piedad como único criterio para juzgar a la humanidad. El Islam es una religión abierta, pluralista y tolerante, una fuerza positiva en las vidas de más de mil millones de personas. El Profeta Mahoma aceptaba a las mujeres como compañeras iguales en la sociedad, los negocios e incluso la guerra (el primer musulmán que aceptó el Islam fue una mujer). “La lucha por los corazones y el alma del Islam tiene lugar hoy en día entre moderados y fanáticos, entre demócratas y dictadores, entre quienes viven en el pasado y quienes se han adaptado al presente y proyectan un mejor futuro”. El Islam y la democracia son compatibles y mutuamente provechosos. En el Corán, preservar la vida es un valor primordial. Osama Bin Laden viola unilateralmente los principios que establece el Corán con el fin de servir a sus propios principios intolerantes. El Islam promueve el pluralismo religioso y la responsabilidad ética, así como la igualdad de género (el Corán dice: “los hombres tendrán parte según sus méritos y las mujeres también”). Según la autora, la caída de Bagdad en el siglo XIII marcó el fin de la Edad de Oro del Islam. El imperio abatida fue derrotado por los mongoles y se instauró la tiranía política y religiosa. La gran biblioteca de Bagdad (más de un millón de volúmenes) fue saqueada en 1258. “Es claro que el camino hacia el crecimiento y el éxito se apoya sobre los valores de la tolerancia, la razón y el pluralismo, valores que se encuentran en el corazón del Islam. El Corán se centra en la búsqueda del saber. No hay nada en el Libro Sagrado que apruebe la ignorancia”. Benazir Bhutto nos explica la diferencia entre sunitas y chiítas, las dos principales sectas del Islam. “Ni el Islam ni su cultura son el mayor obstáculo para la modernidad política, si bien algunos líderes antidemocráticos usan el Islam como excusa”. “El Islam ha sido enviado como un mensaje de liberación. El reto de los musulmanes es rescatar este mensaje de manos de los fanáticos, los intolerantes y las fuerzas de la dictadura”.

En el siguiente capítulo, Islam y Democracia: historia y práctica, la Bhutto explica que Washington apoyó la dictadura del general Musharraf en Pakistán y que la intervención política de Occidente en el mundo islámico ha sido el principal impedimento para el crecimiento de la democracia. Según el Freedom House, de los 44 estados predominantemente musulmanes, sólo Indonesia, Mali y Senegal se clasifican como libres. 18 son parcialmente libres y 25 sin libertad. La autora repasa la historia de Irán, Algeria, Libia, Túnez, Marruecos, Egipto, Irak, Afganistán, Islas Comores, Líbano, Pakistán y Bangla Desh, Jordania, Turquía, Indonesia, Senegal y Mali, Asia Central, Medio Oriente, África, los Estados del Golfo Pérsico, así como Guatemala (“un ejemplo de la decapitación de una democracia emergente por parte de Occidente que condujo a un largo periodo de autocracia”), Grecia, Argentina y República Democrática del Congo. Admirable.

Después dedica todo un capítulo a El caso de Pakistán. Una dictadura militar cuando Benazir Bhutto volvió al país.

¿Es inevitable un choque de civilizaciones?, se pregunta en el capítulo V. Repasa las teorías de Samuel Huntington (1993) y su aceptación tras el 11-S. Las causas de ese choque serían las diferencias culturales, la globalización y la economía, así como el “papel dual de Occidente”. Robert Bartley, editor de The Wall Street Journal, cree lo contrario: el desarrollo económico, la divulgación de la democracia liberal y la expansión de las comunicaciones acercará al mundo en lugar de separarlo. Benazir Bhutto creía que la modernización y el extremismo son mutuamente excluyentes.

Finalmente, el capítulo dedicado a la Reconciliación. La difunta autora sentía que “si los musulmanes logran ajustarse a los cambios en los entornos políticos, sociales y económicos, no solamente sobreviviremos, sino que floreceremos”. Una nación con clase media se construye con un sistema educativo adecuado: en Pakistán se destinan más de 4.500 millones de dólares al ejército, 14 veces más que a educación. El siguiente cambio fundamental es el de los derechos de la mujer y su habilitación económica (con ejemplos como el Banco Grameen de Bangla Desh). “El extremismo, la militancia, el terrorismo y la dictadura se alimentan entre sí, prosperando en un entorno de pobreza, desesperanza y disparidad económica entre las clases sociales en una sociedad. Esta relación simbiótica entre el extremismo, la militancia, el terrorismo, la dictadura y la pobreza es una amenaza directa a la estabilidad internacional y nacional, y un evidente peligro para la paz mundial”. Ninguna nación musulmana que no sea productora de petróleo tiene un ingreso cercano al promedio mundial, lo que es inaceptable. Con un Fondo de Inversión Musulamán, similar al Plan Marshall (los 20.000 M $ de 1947 son equivalentes hoy a 185.000 M $), las cosas mejorarían mucho. “La democracia necesita apoyo”. Y además, “el acceso a la información terminó con la autocracia en la Europa del Este y Europa Central. Puede abrir las sociedades del mundo musulmán”.

“Este momento requiere algo más que lo usual. Muchas de las cosas que recomiendo están de alguna manera fuera de lo convencional. Pero quedarse dentro de ello ha sumido a demasiados musulmanes alrededor del mundo en la pobreza, la ignorancia, la desesperación, la violencia y la dictadura. Mantenerse dentro de lo tradicional ha puesto al Islam y a Occidente en un peligroso e innecesario derrotero de colisión. Es el momento para nuevas ideas. Es el momento para la creatividad. Es tiempo para un compromiso más atrevido. Y es el momento para la honestidad, tanto entre las personas como entre los pueblos. (…) Antes de que haya más dolor, debe lograrse la reconciliación”.

Benazir Bhutto estaba en lo correcto. Pagó con su vida por sus ideas democráticas. Ojalá su memoria triunfe, en Pakistán (su sucesor en el partido, Yousuf Raza Gillani, se convirtió en primer ministro el pasado 25 de marzo, con los votos favorables de 264 de 342 diputados), en todos los países musulmanes y en el mundo entero.

Jeay Bhutto. Viva Bhutto.