Asimetrías

Jornada de trabajo con una veintena de directivos de un gran grupo industrial (principalmente directores de fábrica), cada uno de los cuales desea convertir los comités de dirección que lideran en auténticos equipos de alto rendimiento. Hemos repasado su papel de Liderazgo en esta crisis, analizado la conexión entre el Talento y los Resultados y repasado un modelo de Trabajo en Equipo que les sea de utilidad, para terminar en un plan de acción.
Por la tarde, reunión con Salvador Ordóñez, Rector de la UIMP, y parte de su equipo rectoral, para avanzar en proyectos conjuntos.

Ayer, en el AVE de Málaga a Madrid, estuve leyendo el último libro de Salvador Pániker, Asimetrías. Para un servidor, Pániker comparte con José Antonio Marina y Fernando Savater el triunvirato de los grandes filósofos españoles actuales. Subtitula su libro Apuntes para sobrevivir en la era de la incertidumbre, y precisamente de eso se trata en estos momentos.

¿Por qué Asimetrías? Según Pániker, porque el cerebro es asimétrico (hemisferios derecho e izquierdo) y también lo son los ensayos que componen ese volumen. “El hilo conductor del presente libro arranca de una filosofía que trata de conciliar el espíritu crítico con la lucidez mística, la infancia con la madurez, la seguridad con la aventura, el tiempo con la eternidad”. Es una constante del pensamiento de Salvador Pániker :conciliar “la capacidad creadora de vivir en la incertidumbre y la capacidad mística de reconciliarse con el origen” (lo que él denomina retroprogresión). Para “vivir sin miedo”.

Estamos, nos cuenta Pániker, en la era del hibridismo lúcido y fluido: identidades múltiples, pluralismo a la carta, mestizaje cultural, collage. “Es un sincretismo escéptico que hace que todo se pueda cruzar, combinar, conectar”. La otra cara de la moneda es “la indigencia mental”: “el pluralismo degradado en dispersión prezosa, la tendencia a pensar a través de bloques erráticos y frases hechas, en el espacio yermo de las palabras demasiado usadas”. El autor nos recuerda que “hubo un tiempo en el que las palabras estaban vivas”, “eran sacramento, energía sagrada”. Hoy en general no valen gran cosa. Cuando “la secularización híbrida y global es imparable, la compensación sólo puede proceder de la ‘vida íntima’. Entonces uno tiene ‘fe’ -confianza en la realidad- sin necesidad de tener creencias dogmáticas”.

Pániker considera que “la nuestra es una sociedad saludablemente relativista”, en la que brota espontáneamente la trascendencia (por ejemplo, al contemplar o escuchar una obra de arte). El problema es que “seguimos utilizando el lenguaje newtoniano convencional de la causalidad, el espacio y el tiempo para comunicarnos los unos con los otros, incluso para explicar el mundo cuántico” (en el mundo de las organizaciones pasaría lo mismo con el taylorismo). Vivivmos mediatizados por los símbolos. “Somos unos analfabetos en relación a la semiótica de lo cotidiano”.

En sus palabras, “hace falta, sí, una ‘Educación para la Ciudadanía’. Hace falta una paideia laica para inculcar los valores de la democracia, la solidaridad, el pluralismo, el respeto al prójimo, para transmitir los lenguajes de las ciencias, el conocimiento de la historia y de las tradiciones. Ahora bien, en lo que concierne a la última actitud frente a la vida, no hay más maestro que uno mismo. Lo dijo hace veinticinco siglos el Buda: “No aceptéis lo que oigáis decir: sed lámparas por vosotros mismos”. Es “el coraje de existir” (Paul Tillich).

Para nuestro filósofo, la postmodernidad acierta parcialmente en tres de sus motivos esenciales: el constructivismo, la contextualizad y el pluralismo. “¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido con el conocimiento? ¿Dónde está el conocimiento que hemos perdido con la información?” (T. S. Elliot).

Cita a Jorge Wagensberg, cuando nos recuerda que “alguien progresa cuando gana independencia respecto a la incertidumbre del entorno”.A mayor independencia, mayor dependencia. Según su idea de retorprogresión, “la voz del origen es también la voz del entorno” (comunicación es poner en relación, compartir, recuperar la comunidad de origen).

Es el retorno de la naturaleza humana (“navegamos en un océano de incertidumbre a través de archipiélagos de certidumbres locales”, Edgar Morin). La naturaleza humana existe, pero no es rígida: ahí comienza la aventura.

Cree que Pániker que está en juego el concepto mismo de humanidad. Citando a Kant, la dignidad es “aquello que se encuentra por encima de todo precio”.

Asimetrías me ha dado mucho que pensar. Gran libro. Reflexión para el Descubrimiento y la Acción.