Una sociedad de idiotas

Confieso mi aprecio hacia el cine de los hermanos Coen (Joel y Ethan), desde aquel año que viví en Minneapolis en los 80. He visto casi todas sus películas: Sangre Fácil, Rising Arizona, Miller’s Crossing, Barton Fink, El gran salto, Fargo, El gran Lebowski, Crueldad intolerable, The Ladykillers, No es país para viejos (sólo me gustó la interpretación de Javier Bardem) y, esta mañana, Quemar después de leer (Burn Alter Reading).

Quemar después de leer es el retrato de una sociedad idiota. Por tanto, muy actual. Un miembro de la CIA de 3ª división (John Malkovich) que es despedido de la Agencia por borracho y que miente a su mujer transformándolo en dimisión; la esposa de éste, una médico con muy mal café (Tilda Swinton), que mantiene un romance con un agente judicial (George Clooney). Éste, casado con una escritora de cuentos infantiles, se cita además por Internet. Cuando la mujer del ex agente de la CIA decide divorciarse de él, le entrega sus "memorias" a su abogado en un CD y la secretaria del leguleyo se lo deja en un gimnasio. Allí, un vigoréxico monitor (Brad Pitt) y su compañera de trabajo (Frances McDormand), obsesionada con hacerse cuatro operaciones estéticas, planean un chantaje. Se suceden los comportamientos idiotas de unos y otros. En la escena final de la película, el jefazo de la CIA reconoce que, después de todo, no han aprendido nada.

No es una peli que me haya divertido ni me parece una obra maestra. Son mucho más recomendables otras cintas que están en la cartelera, como El niño con el pijama a rayas, Los girasoles ciegos o Una palabra tuya. Sin embargo, parece una película adecuada a 24 días de las elecciones USA y a tres meses de que Bush abandone la Casa Blanca. Según Newsweek, Obama aventaja a McCain en 11 puntos. Un 47% de los votantes no cree que, caso de ser elegido Presidente, Mc Cain acabaría su mandato por su avanzada edad (72 años). Un comité legislativo de Alaska ha determinado que la candidata republicana a la VP violó normas éticas cuando despidió a Walter Monegan (porque se resistió a despedir al agente Mike Wooten, ex cuñado de la Palin, cuando pidió el divorcio de su hermana.

ABC nos cuenta que en 42 de los 50 estados, el voto ya está decidido: la costa oeste (Washington, Oregón, California), el nordeste (Maine, New Hampshire, Massachusets, Vermont, Rhode Island, Connecticut, Nueva Jersey, Nueva York, Delaware, Virginia y el Distrito de Columbia), así como los estados de los grandes lagos (Minnesota, Winconsin, Iowa, Illinois y Michigan), así como Nuevo México y Hawai votarán demócrata. El centro del país (Montana, Idaho, Wyoming, Utah, Arizona, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Nebraska, Kansas, Oklahoma, Texas, Arkansas, Luisiana, Missisipi, Alabama, Georgia, Tennessee, Kentucky, Carolina del Sur) y Alaska caerán del bando republicano. Un país partido por la mitad. Se necesitan 270 votos de los 538 para ser elegido Presidente. Todo se reduce a 8 Estados aún indecisos: Nevada (5 votos). Obama lleva un 3% de ventaja. Colorado (9 votos): Obama, 4 puntos de ventaja. Missouri (11 votos): McCain aventaja en 4 décimas de punto. Indiana (11 votos): McCain lleva 3’8% de ventaja. Ohio (20 votos): Obama, 3’1% de ventaja. Virginia (13 votos): McCain, 2’2% de ventaja. Carolina del Norte (15 votos): Obama, 2’3% de ventaja. Florida (27 votos): Obama, 3’4% de ventaja. Si las elecciones fueran hoy, de estos 111 votos en 8 estados, Obama se llevaría 76 y McCain, 35.

En el reportaje de El Mundo sobre George W. Bush, Luces y sombras de una Presidencia (dónde están las luces, me pregunto), Silvia Taulés recoge algunas de las frases idiotas de este cowboy que ha conducido el país más poderoso del planeta: “¿Dónde está Mandela? Bueno, Mandela está muerto porque Sadam Hussein mató a todos los Mandelas” (21-IX-2007); “Mi viaje a Asia comienza en Japón por una razón importante. Comienza aquí porque hace siglo y medio América y Japón han firmado una de las mayores y más duraderas alianzas de los tiempos modernos. De esta alianza salió una era de paz en el Pacífico” (Tokio, 18-II-2007); “Como precisamente señaló John Howard (primer ministro de Australia) cuando fue a visitar a las tropas austriacas a Irak” y “Gracias por haber sido tan buen anfitrión de la cumbre de la OPEP (cumbre de la APEC, septiembre de 2007); “No hay duda de que cuando se escriba la historia, la última página dirá: EEUU logró la victoria por el bien del mundo” (Kuwait, 12-I-2008); “Un discurso guay, su señoría” (al Papa Benedicto XVI, abril de 2008); “Creo que Dios habla a través de mi. Sin eso, no podría hacer mi trabajo” (9-VII-2004); “Sé que el ser humano y los peces pueden coexistir pacíficamente” (29-IX-2000): “Ah, ¿pero ustedes también tienen negros?” (al Presidente de Brasil, abril de 2004). Un completo idiota.

Me gusta la segunda acepción de Idiota del Diccionario de la Real Academia: “engreído sin fundamento para ello”. El idiota es un engreído, incapaz de aprender.

Ayer leí La Buena Vida, del profesor cántabro José Ramón Ayllón: “Precisamente porque nuestra vida es supervivencia en medio de un mar agitado por grandes problemas e incógnitas, no tenemos más remedio que aprender el arte de navegar, y eso es la ética”. Como nos enseña Ayllón, “la buena vida es el arte de hacer lo que hay que hacer y evitar lo que hay que evitar”. Es el Nada en exceso del Oráculo de Delfos. Es el afecto (“En nueve de cada diez casism el afecto es la cusa de toda felicidad sólida y duradera”, C.S. Lewis). Son los amigos (“No hay invierno que la soledad”, Pedro Salinas). Porque la buena vida es imposible sin amigos, sin amor (que es siempre un preferir), sin conciencia moral, sin una buena educación (a diferencia de lo que vemos en la última película de los Coen, “Una buena educación es, entre otras cosas, haber aprendido a disfrutar haciendo el bien, y a sentir disgusto haciendo el mal”. Una buena vida exige inteligencia emocional.

Ayllón cita a Platón: “Si el semblante de la virtud pudiera verse, enamoraría a todos”. Una buena vida es la libertad responsable.

Según la revista FP de octubre-noviembre, tanto la Unión Europea como Ibeoramérica y el Kremlin votarían a Obama si pudieran. Con McCain podríamos volver a la Guerra Fría. Con Barack Obama cabe la esperanza.

En este día de la Hispanidad, mi cariño a Seve Ballesteros, en su torneo más importante a quien admiro enormemente como deportista y como persona. Lo lograrás, Seve, como han hecho Contador o Armstrong o el portero Molina.
Y felicidades a Rafa Nadal (hoy le han dado el premio como nº 1) y a Fernando Alonso, que ha ganado en Japón sus segundo gran premio consecutivo (Hamilton ha demostrado una vez más que es un idiota y no merece ganar el campeonato). Estos deportistas (Nadal, Alonso, Seve) sí son capaces de crecer, de aprender, de mejorar. Son Talento, no idiotez.