Ola de suicidios

Mi amiga Mercedes, compañera de la universidad y lectora de este blog (cosa que le agradezco mucho), me comenta que hablo poco de las pymes, que son el 97% del tejido productivo. Tiene toda la razón. Ya me gustaría hablar más de las pymes (de hecho, Eurotalent no es otra cosa que una pyme, con todo orgullo). Sin embargo, las pymes españolas (a diferencia de las mittelstand alemanas, por ejemplo), salvo honradísimas excepciones, no apuestan demasiado por la innovación, por el talento, por la excelencia. Si lo hicieran más pymes, llegarían a grandes, no me cabe duda.

Ayer, en la presentación de la nueva temporada de la Escuela Superior de Coaching en la Escuela de Negocios del CEU, hablamos de la ansiedad de muchos profesionales en las empresas. El último dato que manejo es del 38% de los trabajadores con estrés, angustia, ansiedad, quemazón (burn-out), unos 7’5 millones de personas. Un dato terrible. En Francia, la compañía de telefonía líder (France Télécom) está sufriendo una ola de suicidios. El miércoles pasado, según cuenta hoy A. Jiménez Barca en El País, un operario de 49 años a quien se le iba a cambiar de puesto de trabajo, sacó un cuchillo y diciendo “¡Ya estoy harto de gilipolleces!” se rajó el vientre. El viernes anterior, una empleada, tras escuchar que iba a cambiar de jefe y de responsabilidad, se tiró por la ventana. Otra empleada de servicio al cliente, amenazada con un traslado, se intentó suicidar a base de barbitúricos. En los últimos 18 meses, 23 trabajadores de France Télécom se han suicidado, lo que quintuplica la tasa de la población francesa. Y esto no cuenta los intentos de suicidio (como el empleado que se rajó el vientre o la que se infló de barbitúricos). Los sindicatos han denunciado las estresantes condiciones de trabajo, los cambios constantes y sin explicación, las presiones exageradas a través del correo electrónico…

Nicolás Sarkozy ha forzado a su ministra de Economía, Christine Lagarde, a que la compañía (de la que el Estado francés mantiene el 26%) a que celebre un Consejo de Administración dedicado al tema. Un operario con más de 25 años en la empresa, explicaba al periodista que “en su vida había su puesto de trabajo tan degradado”. El taylorismo vuelve con fuerza.

En esa empresa están obligados a cambiar de puesto cada tres años (“para evitar que los jefes se encariñen con sus empleados”). Lo más trágico es la declaración del Director de RRHH, Olivier Barberot: “el número de suicidios no se ha incrementado respecto a años anteriores”. Si eso no es complacencia…

France Télécom cuenta con 100.000 empleados en Francia, de los que 65.000 son funcionarios. El años pasado ganó 4.000 M € y desde 1996 está en reestructuración (en ese año eran 170.000 empleados). Desde el jueves pasado ha suprimido, temporalmente, los traslados fulminantes y está contratando a 100 directores de personal y varios médicos para tratar a los empleados “débiles”. Según un sindicalista de la empresa, “esta es una empresa que sólo piensa en ganar dinero. Los empleados estaban acostumbrados a trabajar de otra manera”. En agosto, uno de los trabajadores suicidas dejó una nota: “Me suicido por mi trabajo: ésa es la única razón”.

Sarkozy pide que el PIB mida la felicidad. Debería empezar por que las empresas no se comporten cruelmente con sus profesionales.

En El Mundo, José Antonio Marina escribía una tribuna titulada Santa Bárbara y los adolescentes. Según JAM, “la juventud sólo aparece en los medios cuando plantea problemas. Con eso se lanza el mensaje de que es conflictiva”. Los padres, según mi admirado Marina, han de contar con tres recursos educativos: cariño, disciplina y comunicación. El es optimista y cree que la adolescencia es una gran oportunidad educativa. Yo también, modestamente, lo creo.

En la Comunidad de Madrid se le otorgará a los profesores la condición de “autoridad pública” (como a los jueces, a los inspectores de sanidad o de educación).y se mejorarán las retribuciones a los jefes de estudios y a los secretarios. Las agresiones (físicas y verbales) de alumnos a profesores en el curso 2003-2004 fueron 2.697 y al curso siguiente, 3.559 casos (un 32% más). Me parece estupendo dignificar a los docentes. En esa línea, está demostrado que la clave es el liderazgo de los directores de centro. Un liderazgo claro, versátil, avanzado que se puede y se debe desarrollar.

Y una opinión de Claudio Magris, un europeísta convencido: “Creo que Zapatero se ha contaminado de la política “pop”, en la que impera la imagen”. No sé si lo ha dicho como una crítica pero, si uno lo piensa, ha halagado al Presidente del Gobierno. La cultura “pop” es la cultura popular, de todos. Y el imperio de la imagen es la “era conceptual” en la que estamos. Cosa distinta sería la sociedad del espectáculo. Me parece más preocupante (y más interesante) otra de las frases de Magris: “Hoy tenemos menos información real que la que le llegaba a los lectores de Kipling”. Este Premio Príncipe de Asturias de las letras, catedrático de Literatura Germánica en la Universidad de Trieste, considera que Berlusconi es “un tipo muy inteligente que está trabajando en una dirección desastrosa para Italia”. Ha sabido sacar beneficio de la incertidumbre y “de nuestro vacío”, de la desaparición de la burguesía y del cambio de prioridades.
Suicidios, hipócritas y la imagen imperante.