Imagen y aburrimiento

Me hubiera encantado haber asistido esta mañana a la jornada de APD sobre Nuevos Valores, Nuevos Liderazgos. Hacia el refortalecimiento de la sociedad civil, patrocinada por Adecco, Mapfre y Deloitte. Ponentes de la talla de Antonio Garrigues, José Antonio Marina, Isidre Fainé, Juan José Almagro, Fernando Savater, Javier Fernández Aguado o Víctor Pérez Díaz han expuesto el “estado de la cuestión” en este ámbito. Por lo que me han contado, ha habido lleno al rebosar en el Hotel Palace y una calidad sobresaliente. Error de programación por mi parte: tenía previsto trabajo en Galicia (coaching) y no me había dado cuenta de que el 19 era se celebraba esta jornada.

Según el Country Brand Index (CBI), España se sitúa en el décimo puesto en el ranking de países con mejor imagen del mundo. Sube dos puestos respecto al año pasado, gracias a los éxitos del deporte esàñol. El “top three” lo ocupan EEUU, Canadá y Australia. Los cinco mejores países para hacer negocios son Japón, EEUU, Reino Unido, India y Singapur. Y el “top 5” de los países para vivir es el siguiente: Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Suiza y EEUU.

Vender imagen. Leo en AS (reportaje en páginas centrales): “Los verdaderos galácticos proceden de Cantabria”. Palabra de Miguel Ángel Revilla, presidente de la Comunidad Autónoma, en un almuerzo en el Asador Donostiarra de Madrid. Junto a Paco Gento, “la galerna del Cantábrico”, haciéndose una foto con las anchoas de Santoña. Revilla declara: “Me cae bien el Madrid, o me caía, cuando tenía cántabros. Lo primero que le dije a Florentino, una vez que le ví, es que el Madrid sin jugadores cántabros no es nada. Ya vale de tanta colonia y musculitos. Los galácticos de verdad son los cántabros. Hay que hacerle un monumento a los montañeses en el Bernabéu: que recoja a Santillana, Amavisca, Helguera… Y presidiendo, el más grande que todos, a Gento. Alfonso Guerra dijo que el Madrid necesitaba una pasada por la izquierda y yo digo que necesita una pasada por Cantabria. Hacen falta tíos humildes, que corran, que hayan pacido hierba como Marquitos, Santillana, Pachín, como Gento que está aquí…” Porque, según Revilla, “esta es una tierra con deportistas de otra pasta. La primera medalla del atletismo español la gana Abascal en el 84, un tío autodidacta que era pastor guardando vacas y que corría todos los días un montón de kilómetros. Y Severiano Ballesteros, que iba a recoger pelotas, el golfista más grande de la historia”. En la comida, el consejero López Marcano regala unas pulseritas de las que ahora están de moda y Revilla apostilla: “No Santiago, ni el Vaticano. Nadie como Santo Toribio de Liébana”.

Con Revilla, el presidente de Cantabria, nunca te aburres. Lucía Méndez titula su columna Asuntos internos de hoy en El Mundo, precisamente, El aburrimiento. Dice así:
“Los sociólogos Víctor Pérez Díaz y Juan Carlos Rodríguez, en su comentario sobre la última encuesta de la Fundación de las Cajas de Ahorro, analizan con detalle la llamativa falta de confianza de los españoles tanto en el Gobierno como en la oposición y concluyen que en este momento «el debate público se centra en cómo manejar el presente». Ante la crisis, tanto el PSOE como el PP se inclinan por mantener «el statu quo». Es decir, han decretado el aburrimiento general, dicho en términos menos científicos que los utilizados por los sociólogos. Los datos indican que están logrando sus objetivos, ya que -según todos los estudios de opinión- la gente contempla el debate político con sopor, desgana, cansancio e incluso hartura. El presidente del Gobierno cree que los españoles están tan cabreados por la crisis que hasta se ven más feos, más gordos y más viejos en el espejo. Por eso cree que sus males son pasajeros y que como no hay quien resista mucho tiempo viéndose más viejo, más gordo y más feo, es cuestión de esperar -o de cambiar de espejo- para que sus votantes vuelvan a verse bien. El líder de la oposición está convencido de que los votantes ahora ven a Zapatero más feo, más gordo, más viejo y que por eso le darán el poder a él. Tanto uno como el otro han decidido que lo mejor es no hacer gran cosa, salvo administrar el día a día.
Zapatero tiene en la presidencia de la UE la excusa perfecta para volcarse en los grandes expresos europeos. No hay presidente que se resista a convertirse en el líder no sólo de un país, sino de todo un continente. Es un caramelo demasiado goloso para no apurarlo hasta el final del semestre. Sin embargo, si hablara con sus antecesores en el cargo, le dirían que ni un minuto del tiempo destinado a la preparación de cumbres y reuniones europeas, ni uno solo de los grandes esfuerzos desplegados por los sucesivos gobiernos en las presidencias rotatorias le dio un solo voto a los gobiernos de Felipe González o de Aznar. En el primer semestre de 2002, el entonces Gobierno del PP dedicó el 100% de su tiempo a la UE. Cuando acabó la presidencia, sin darse cuenta, tenía el Ejecutivo hecho unos zorros y fue necesaria una crisis para recuperar el pulso. Zapatero supone que las fotos con Obama -además de una satisfacción personal indisimulada- le servirán para tomar impulso. Aunque tal y como estamos es mucho suponer.
Por contra, a Mariano Rajoy le ha dado por hacerse fotografías muy al estilo Callejeros, un programa de Cuatro en el que salen vagabundos, pobres de solemnidad y habitantes de las barriadas periféricas de las ciudades. Primero se fotografió blandiendo una mata de tomates para denunciar que el Gobierno había cambiado a Aminatu Haidar por un acuerdo hortofrutícola con Marruecos. Después se fue a un comedor social a servir cocido gallego a personas que no tienen para comer. Más tarde lo vimos en EL MUNDO en la cola del INEM, observando a los parados con cara de circunstancias. ¿Quién será el asesor que le recomienda estos posados? Lo que más hay en la cúpula del PP son abogados del Estado y no creo que ninguno de ellos se vea identificado con Callejeros.”