El poder de las palabras

Me habría encantado haber estado ayer en la fiesta de Coke en Extremadura, la Toscana de España. Pero no se puede estar en todas partes ni llegar a tiempo desde Vigo.

Esta mañana he ido a ver con mi amigo Miguel Ángel (que llegó ayer de Boston y no la semana pasada, como señalaba erróneamente en la última entrada del blog) La maldición de Ira Vamp, de Álvaro Saénz de Heredia, con Josefa Yuste y Florentino Fernández. Una peli muy entretenida, de un humor muy nuestro (con la colaboración de Javivi y de Chiquito de la Calzada). Hemos pasado un buen rato.

Comida al aire libre en La Moraleja Green y por la tarde piscina en casa con Zoe. El verano comienza mañana. De lectura, El poder de las palabras, de Kevin Hall, con prólogo de Stephen Covey. “Las palabras son contraseñas. Liberan el poder, abren la puerta”.

Kevin Hall, asesor y coach, ha sido directivo en Franklin Quest (hoy Franklin Covey). Inolvidable aquella visita a la sede mundial de Franklin Covey en Salt Lake City gracias a la iniciativa de EBS. Su frase “Enciende tu fuego interior” fue el lema de los Juegos Olímpicos de invierno de 2002 en SLC.
En este libro, Kevin Hall elige once palabras determinantes:
- Genshai (se pronuncia “gen-chai”) y significa que “uno no debe tratar jamás a otro de forma que se sienta menospreciado”. Kevin cita al sabio: “Quien lleva una linterna para iluminar el sendero de su hermano ve el suyo propio con más claridad”.
- Líder. Leader es una palabra indoeuropea, de “lea”, sendero y “der”, descubridor. Ser un/a líder significa descubrir el sendero. “Cuando uno persigue su felicidad, sigue el sendero que siempre ha estado allí, se encuentra con personas que están en el ámbito de su felicidad, personas que le abren puertas” (Joseph Campbell, El poder del mito). Kevin Hall considera que los que siguen su sendero son capaces de interpretar las pistas del camino, tienen muy claro a dónde se dirigen, reconocen y aceptan sus dones naturales, están dispuestos a sacrificarse para hacer aportaciones importantes y persiguen su felicidad (encuentran a personas que están allí para ayudarles en el viaje).
- Namasté. Del sánscrito, es “saludo lo divino que hay en ti; saludo los dones que Dios te ha concedido”. Es un símbolo de paz, de armonía, de comunidad. “Nuestro mayor temor no es ser unos incompetentes. Nuestro mayor temor es que poseemos un poder increíble” (Marianne Williamson, Volver al amor). “Carácter” es originariamente algo que está grabado en piedra o madera, pero en la época de Shakespeare se convirtió en el papel que desempeñaba un actor. “Reconocer nuestros donde naturales es como encontrarse con un viejo amigo. Uno tiene la sensación de regresar a casa. Y así es, pues uno regresa a su ser auténtico y genuino. Es una sensación maravillosa, natural e inconfundible. Una sensación de fluidez total”. Citando de nuevo a Joseph Campbell: “La forma de averiguar qué es lo que te hace feliz es recordar los momentos en los que te sentiste más feliz, no simplemente alegre o eufórico, sino profundamente feliz. ¿Qué es lo que te hace feliz? Persiste en ello al margen de lo que te diga la gente. En eso consiste perseguir tu felicidad”.
- Pasión, “Ésta es la esencia del espíritu humano. Si logramos hallar algo por lo que merece la pena vivir, si logramos dar sentido a nuestra vida, hasta el peor de los sufrimientos es soportable” (Viktor Frankl). La palabra “Pasión” apareció en el siglo XII como “acto de padecer o sufrir”. Un sufrimiento puro y voluntario por lo que amas. La pasión nos exige el máximo esfuerzo. De nuevo, Frankl: “Lo que da luz tiene que soportar quemarse”.
- Sapere vedere. Lema personal de Leonardo da Vinci.Es tridimensional, una combinación de retrospección, previsión e introspección. “La vista es una función de los ojos, la visión es una función del corazón” (Myles Munroe). “Wisdom” (sabiduría) proviene de “wissem”: sé lo que he visto; “Visión”, de “vissen”: sé lo que veo. Confianza proviene de “confidentia”, esperanza firme. Creer para ver. “Seguid confiados la dirección de vuestros sueños” (Henry Thoureau).
- Humildad. De “humus”, la tierra rica, oscura y orgánica. La humildad propicia el crecimiento. Aprendiz, oficial, maestro. El humilde nunca deja de aprender (en Franklin hicieron una investigación sobre sus mejores asesores: todos leían más de 24 libros al año). En japonés, “shoshin” es la voluntad y el deseo de aprender; un hábito. El talento que no se utiliza se atrofia.
- Inspirar. De “spirare”, soplar e “in”, dentro. Insuflar vida. El libro recoge los versos de William Ernest Henley: Invicto (“Por estrecho que sea el camino,/ por rigurosa que sea la sentencia,/ yo soy el dueño de mi destino,/ yo soy el capitán de mi alma”). Alentar viene de “alienitare”, derivado de “anhelitare”, infundir aliento o coraje. “He comprobado que las personas olvidan lo que has dicho y lo que has hecho, pero jamás olvidan cómo les has hecho sentir” (Maya Angelou).
- Empatía. Del inglés “empathy”, proviene de “path”, sendero y “em”, en. Entrar en el sendero del otro. Comunicación, del latín “communicare”, tener en común. No dar nada por sentado. “He aprendido mucho por escuchar con atención. La mayoría de las personas no escuchan nunca” (Ernst Hemingway).
- Coach. De Kocs, la localidad húngara a orillas del Danubio, entre Budapest y Viena, donde se construían los mejores carruajes de caballos, con suspensión de muelles. En otras culturas hay figuras similares al coaching: sensei (maestro), gurú (de la oscuridad a la luz), lama (autoridad para enseñar), maestro, tutor, guía, mentor. Un coach es alguien que ha recorrido buena parte del camino y nos conduce por él. Kevin Hall pone el ejemplo de Harvey MacKay, que tiene una docena de coaches, y de Marva Collins, a quien Clinton y Bush le ofrecieron ser Secretaria de Educación. “Un coaching eficaz realza los puntos fuertes y las habilidades, no las debilidades e incapacidades”. “Quien facilita las cosas a los demás, se las facilita a sí mismo” (proverbio chino).
- Ollin, en azteca, “moverse y actuar de inmediato con todo tu corazón”. De la antigua lengua náhuatl, deriva de yellotl, que significa corazón, y yolisti, “vida”. En húngaro hay un término similar, egyensuly (edgensúi), concentrarse a fondo en lo que uno hace. “Vayas a donde vayas, ve con todo tu corazón” (Confucio). “No hay azar, destino ni suerte capaces de burlar, entorpecer o dominar la firme resolución de un espíritu determinado” (Ella Wheeler Wilcox). Actuar como si uno no pudiera fallar es tener “corazón de ollin”.
- Integridad. “Vivir una vida íntegra empieza por hacer que toda la personalidad humana, los sentidos, el pensamiento, los sentimientos y la intuición quedan integrados y armonizados” (Stephen Covey). Del latín integer, el número entero. Como el lema de los boy scouts, “siempre listos”.
Genshai. Líder. Namasté. Pasión. Sapere vedere. Humildad. Inspirar. Empatía. Coach, Ollin. Integridad. ¡Qué fantástica alienación para la Felicidad! Estas once poderosas palabras se resumen en una: Amor.

A eso de las nueve, un paseo de una hora (como ayer) aprovechando el buen tiempo. Y luego el final del partido Brasil – Costa de Marfil (3-1). De momento, Europa está decepcionando en el Mundial, Asia, Oceanía y África ni fu ni fa y América (Argentina, Brasil, México, Chile, Paraguay, EE UU, Honduras) está destacando.