Conectoma y el Programa de Mentoring del CEU



Hoy, en el AVE de vuelta a Madrid, he estado leyendo uno de los libros de Ciencia que compré el sábado. Se trata de Conectoma. Cómo las conexiones neuronales determinan nuestra identidad, de Sebastian Seung. El Dr. Seung (nacido en 1966) estudió física teórica en Harvard, ha enseñado en la Universidad de Jerusalén, ha trabajado en los laboratorios Bell y actualmente es profesor e investigador del MIT, además de pertenecer a la Max Planck Society. Steven Pinker, profesor de psicología de Harvard y autor de La tabla rasa le considera “un joven y reconocido investigador de primer orden en el campo de la nuerociencia” y destaca su entusiasmo y capacidad comunicativa. Un aval muy positivo.
¿Dónde está nuestra singularidad?, se pregunta Seung. ¿En nuestros genes, en el genoma? ¿O en la estructura de las conexiones entre las neuronas cerebrales, que podemos llamar Conectoma (Connectome, en inglés, por oposición a Genome)?
El ADN es una molécula larga parecida a una cadena, pero “las mentes difieren unas de otras porque los conectomas difieren”. “Los genes por sí solos no explican de qué modo nuestro cerebro llegó a ser tal y como es. Mientras estábamos acurrucados en el útero de nuestra madre, y poseíamos el genoma que nos caracteriza, pero no el recuerdo del primer beso. Los recuerdos los adquirimos a lo largo de nuestra vida, no antes. Algunos de ustedes tocan el piano, algunos saben montar en bicicleta. Se trata de capacidades que hemos aprendido y no de instintos programados por los genes”.
Sí, somos más que nuestros genes; somos nuestros conectomas. Seung habla del poder de las 4 R: Regeneración, Reconfiguración de las conexiones, Reconexión y Reponderación. El cerebro humano contiene cien mil millones de neuronas, y cómo conectan entre ellas o no es cuestión de aprendizaje. Fascinante.
El autor nos habla del cerebro de Anatole France (escritor francés que fue Nobel de Literatura, con un cerebro algo más pequeño de lo normal) y de Albert Einstein, que tenía hipertrofiado el lóbulo parietal inferior, que interviene en el pensamiento visual y espacial (Don Alberto pensaba más en imágenes que en palabras): así es el cerebro de los genios, diferente con el uso.
La neurona es la segunda célula favorita de Seung, aunque muy cerca de la primera: el protozoo. “Los espermatozoides son lisos y brillantes, minimalistas; las neuronas, en cambio, son barrocas y profusamente ornamentadas”. Ambas simbolizan los dos grandes misterios: la vida y la inteligencia. Somos fruto de un espermatozoide ganador y de neuronas que interconectan. “Dicho de una manera simple y llana, una sinapsis se activa cuando un rápido pulso al pasar desencadena una secreción”. “Los pulsos tienen dos funciones. La generación de un pulso cerca del soma celular representa tomar una decisión. La propagación de un pulso por el axón comunica el resultado de la decisión a otras neuronas”. “En la década de 1960, la mayoría de los neurocientíficos creían que la creación y eliminación de sinapsis era un proceso que cesaba al alcanzar la edad adulta (…) En la última década, los neurocientíficos han dado un giro de 180 grados y aceptan ya ampliamente que las sinapsis se crean y eliminan también en los cerebros adultos”. El conectoma inicial debe ser como un primer borrador, procesos guiados por los genes y al azr; pero luego interviene nuestra libertad, el desarrollo de nuestro talento. “Oler abre el apetito y escuchar salva relaciones, pero ver es sobre todo creer”. El proyecto del Conectoma humano está tratando de elaborar un mapa para el cerebro utilizando IRMd, la técnica de generación de imágenes por resonancia magnética de difusión. En definitiva, la plasticidad sináptica es una de las bases neuroquímicas del aprendizaje y de la memoria, ya que hace posible el aumento o la disminución de una sinapsis de forma transitoria o permanente en la adquisición de un nuevo aprendizaje o en la adaptación de cambios en el entorno. En una conferencia de 2009, H. Markram prometió que tendríamos una simulación por ordenador del cerebro humano antes de 2020 (puede verse en Youtube). Son tiempos para el conexionismo: “El flujo de la actividad neuronal a través de nuestros conectomas guía nuestras experiencias del presente y deja tras de sí impresiones que se convierten en recuerdos del pasado”. O, dicho de forma más poética: “EL agua le dice a la tierra cómo debe moverse”.
El Conectoma es la zona de intersección entre nuestra herencia genética y nuestras experiencias vitales, entre naturaleza y cultura, entre lo que llevamos de serie y lo que vamos incorporando a esa maravillosa mochila que es el cerebro humano.
Me temo que el Genoma es al capitalismo (calvinista, de talento predestinado) lo que el Conectoma es al talentismo (libre, de talento desarrollado). Sí, “Si no lo creo no lo veo”, como decía el gran Stephen Covey, el padre de Los siete hábitos de la gente eficaz, recientemente fallecido. Mi homenaje al Dr. Covey y mi agradecimiento al Dr. Ongallo, a su equipo de EBS y a la tribu del Challenge con quienes estuvimos en Salt Lake City, Utah, en el centro FranklinCovey hace no mucho tiempo.
Por la tarde, a las 19,30 h., he tenido el honor de hablar sobre Gestión del Cambio en la CEU Business School para el Programa de Mentoring de los Antiguos Alumnos que con tanto acierto lidera Rosa Heredero, Directora Corporativa del CEU. Ha sido un reencuentro con Rosa, una de las líderes que más admiro (hablé de ella en el libro Por qué necesitas un coach como mujer referente en la dirección empresarial), con la Escuela de Negocios, con excelentes profesionales que son mentores del programa y con jóvenes “mentees” que lo están aprovechando al máximo.
Mi agradecimiento a Rosa, Olga, Irene de Makro (que está leyendo La sensación de fluidez y propuso que un servidor se dirigiera a ellas y ellos esta tarde), Paloma, Jorge, Nacho, Enrique, Mariano y tantos y tantos alumni-mentores y mentoras y mentees.
El lema de este programa es “El CEU sigue en ti” y se anunciado de la siguiente manera: “Teniendo en cuenta el contexto laboral actual, y pensando especialmente en las necesidades formativas de nuestros antiguos alumnos más jóvenes, la Agrupación de Antiguos Alumnos del CEU, ha diseñado un taller práctico de formación destinada a acompañar a nuestros licenciados, y ayudarles a orientar los primeros años de su carrera profesional. Este nuevo proyecto, denominado Programa Mentoring Antiguos Alumnos CEU “El CEU sigue en ti”, tiene como objetivos específicos mejorar los conocimientos de los jóvenes profesionales, ampliar su visión laboral, trabajar con iniciativa y decisión en su propio proyecto de desarrollo personal y profesional.
Esta primera edición del programa arrancará el próximo mes de abril hasta el mes de noviembre, y está compuesto por sesiones de una hora y media de duración dirigidas por un mentor personal, reuniones bimestrales, así como la asistencia a Foros de Desarrollo del Talento, para compartir experiencias y mejores prácticas.
En el programa participarán mentores antiguos alumnos seleccionados para este programa, no sólo por sus brillantes trayectorias profesionales, sino también por sus magníficas cualidades personales.
El perfil de los candidatos que optan a formar parte del proyecto son los miembros de la agrupación más jóvenes, que se encuentran en una franja de edad comprendida entre los 25-32 años; licenciados universitarios en activo, con un mínimo de tres a cinco años de experiencia laboral en cualquier área de una empresa. Para participar como “mentee”, se debe presentar un currículum actualizado, junto con una carta de motivación y un objetivo específico de carrera a conseguir en este programa, antes del 28 de marzo, a la siguiente dirección de correo; olgahernan@antiguosceu.com”.

¡Una estupenda iniciativa ésta del Programa de Mentoring de los Antiguos Alumnos del CEU! Y después nos hemos ido todos a cenar a La Cava Baja, donde lo hemos pasado de maravilla.

El CEU sigue en mí, gracias a la enorme generosidad de Rosa Heredero.