Tenía muchas ganas de leer el
libro de Patricia Ramírez, Entrénate para
la vida. Supe de ella a través de mi amiga Susanna Griso en su programa
“Espejo público” (en esos momentos, el Real Betis Balompié en el que Patricia trabajaba como psicóloga
deportiva era el equipo líder de primera división) y unos días después tuvo la
amabilidad y la generosidad de asistir a una conferencia que un servidor
impartía en Granada, en la Escuela
Internacional de Gerencia. En ese momento me expresó su voluntad de
compartir con todos nosotros sus vivencias y reflexiones en forma de texto
divulgativo.
Se publican miles de libros
de lo que llamamos “autoayuda”. ¿Qué tiene el de Patri –me permito llamar así a
la más famosa de nuestras psicólogas deportivas, porque con sus entrevistas,
artículos y ahora este libro, ha entrado en nuestras vidas, en nuestras mentes
y en nuestras corazones- de especial para que nos decidamos a comprarlo y a
leerlo? Precisamente su didáctica.
Patricia Ramírez nos promete
(y como dice mi hija Zoe, “lo que promete, lo cumple”) ayudarnos a entrenarnos para ser felices. Lo hace
con un triple propósito: triunfar, superar nuestros miedos y disfrutar de las
pequeñas cosas.
Triunfar, sí, triunfar. Hacer
realidad nuestros sueños, en lo personal, familiar, laboral, sentimental y
social (cinco ámbitos que están unidos entre sí como los dedos de una mano). “La
única forma de que se produzca un cambio en tu vida es que decidas actuar”, nos
recomienda la autora. Y para lograrlo, Patri nos regala una “ficha de trabajo”,
con objetivos, hitos (en los que se divide cada objetivo) y fechas.
Buen jefe, buen ambiente.
Los/las líderes generan felicidad a su alrededor. Patricia Ramírez caracteriza
el liderazgo con 15 rasgos muy prácticos y nos anima a reflexionar (una nueva
“ficha de trabajo”) sobre qué nos hace felices en el trabajo, qué buscamos y si
hay algo en lo que podamos intervenir (lo que Covey llamaría “círculo de
influencia”).
El proceso de cambio es fruto
de la secuencia Convencimiento-Compromiso-Entrenamiento-Automatización (en el
Coaching Estratégico lo llamamos “Reflexión-Descubrimiento-Acción-Hábito). Para
disfrutar de las pequeñas cosas, en su “ficha” debemos apuntar cada día con qué
hemos disfrutado, poner una nota y explicarnos el motivo de nuestro disfrute.
Después viene un bloque con
siete capítulos: ”Si quieres algo, trabaja duro” (actividades y
responsabilidades para tus hijos: Tareas
con fecha u hora de finalización, Nunca
sientes precedentes, No se puede
disfrutar del ocio si previamente no se ha cumplido con las obligaciones, No les des más explicaciones de las
necesarias, Recompensa a tus hijos
verbalmente por su esfuerzo, El
premio es el valor que están aprendiendo y Sé un ejemplo para ellos), “Conocer a mi grupo me une a él” (cómo
generar sinergias en un grupo humano, a través de: frases incompletas que
empiezan por “valoro” o “puedo ofrecer”, “lo que me da seguridad”, “lo que
disfruto de ti”, “yo me convertiría en”), “¡Elegir lo que piensas depende de
ti!” (pensamientos-emociones-conducta), “Así, reina, con seguridad, con paso
firme” (la autoconfianza, a base de recordar éxitos y logros, y simular la
persona que quieres ser), “las ventajas de ser un martillo pilón” (persistir
hasta el final, pase lo que pase), “Expectativas y Pigmalión” (personas a
potenciar), “Aprende a asumir tus responsabilidades” (reflexiones sobre
situaciones de éxito y de fracaso).
La estabilidad emocional (el
equilibrio interior, la felicidad como poder vivir de acuerdo a tu escala de
valores, la zona de confort, cerrar carpetas abiertas), el miedo y la ansiedad
(anticipar situaciones, relajación, visualización, ejercicio físico, risa), la
ira (desencadenantes, reacciones habituales, control de los impulsos), la empatía
(receptor de la empatía y figura empática: comunicación no verbal,
paralingüística, verbal), la terapia del “jódete” (“Esto es una situación
límite, jódete y enfréntate a ello; cuando salgas, te estaré esperando”), la
importancia de ser benevolente y agradecido para ser feliz y el poder de la
comunicación (la escucha activa, la crítica).
Y dos capítulos finales,
sobre el punto de no retorno (“No esperes a estar al límite para trabajar. Si
le pones más intensidad a tu vida, tanto en lo que disfrutas como en lo que te
supone de esfuerzo, le sacarás mucho más rendimiento”) y el desamor (que, como
dice la autora, “torpedea nuestra ejecución deportiva… y nuestra vida).
Patri nos regala como
conclusión un decálogo (adecuadamente explicado y detallado en el libro), que
es el siguiente:
1.
Oriéntate
a las personas.
2.
Elige
tus batallas.
3.
Disfruta
con tu vida.
4.
Poténciate.
5.
Piensa
en ti.
6.
Disfruta
del amor.
7.
Di
no a lo que resta.
8.
Crea
un entorno agradable.
9.
Cuenta
hasta diez y practica la paciencia.
10.Sé una persona de bien.
Nada de palabras en inglés,
nada de citas rimbombantes, nada de sesudas reflexiones… Así es como llega a
los deportistas de élite (en el fútbol y en otras disciplinas) y como llega en
este caso a sus lectores. Y para que las cosas funcionen, sendas fichas de
trabajo en cada uno de los temas.
Patricia Ramírez resume su
“mentalidad de hormiguita” (dicho con el mayor de los afectos) en este consejo:
“Lleva siempre una agenda pequeña y anótalo todo. No somos superhombres ni
supermujeres. Anotar lo que tenemos que hacer, incluso la lista de la compra,
no es un signo de debilidad mental; significa utilizar un recurso que nos
facilita la vida. Desde hace años, me he dado cuenta de que “lo que no apunto,
no existe”. Y así descargo un poco mi cerebro y dejo el espacio que ocupo con
la lectura o con la redacción de este libro”.
Muchas gracias, Patri, por un
texto tan práctico, tan de entrenamiento, tan de conseguir lo que realmente un@
se propone. Mi gratitud a dos grandes entrenadores, Gregorio Manzano y Pepe
Mel, de lo mejorcito del fútbol español, que tan inteligentemente confiaron en
ti y en tu capacidad de ayudar para el alto rendimiento. Y a tus hijos, Carmen
y Pablo, porque como bien dices, “son los más dañados por mi volumen de
trabajo”. Y por tanto quienes ofrecen generosamente a los demás el tiempo y las
reflexiones de su madre que nos sirven para ser mejores personas y mejores
profesionales.