Tenemos
nuestro país, España, tan polarizado (como pasa en EE UU, en Italia o en
Venzuela) que hablar sobre el proyecto de Presupuestos Generales del Estado
parece invitar a caer en el partidismo. De hecho, periódicos como La Razón o ABC los han saludado con euforia, en tanto que El Mundo y sobre todo El País
rezuman escepticismo. Bueno, pues un servidor se va a mojar, a riesgo de que mis
comentarios no les gustarán a los “hinchas” de uno y otro equipo.
Empecemos,
como si fuera un DAFO (Debilidades, Amenazar, Fortalezas y Oportunidades), por
los puntos fuertes. Este gobierno, nuestro gobierno, trata de afrontar la
difícil realidad y la asume desde la austeridad (en este sentido, no cae en el
“síndrome de Pollyana”, como el anterior). Escenifica el tándem
Economía-Hacienda en la puesta en escena (aunque se ve claramente que dos
personas tan preparadas como De Guindos y Montoro no “hacen equipo”
precisamente). Y, desde una frase que desea ser una especie de mantra (“son
presupuestos en tiempos de crisis pero para salir de la crisis”, Soraya dixit,
como el Barón de Munchhausen que salía del agua tirándose de sus propios pelos),
desea mantener el gasto social (en realidad no es gasto sino inversión, en la
cohesión y equidad de una nación) y especialmente en la partida dedicada a las
pensiones. Oportunidades de mejora: francamente, no entiendo que los
presupuestos los presente la VP y no el presidente del gobierno, elegido
democráticamente por las urnas con una mayoría más que suficiente (si el Sr.
Rajoy no da la cara en estos momentos, ¿cuándo lo va a hacer?). el tijeretazo a
la cultura al 30% tardaremos una generación en recuperarlo. A la administración
pública, más allá de la congelación por tercer año consecutivo y la paga extra,
no hay gobierno que se atreva a modernizarla y transformarla (su escasa
productividad, elevado absentismo y penosa orientación al ciudadano deberían
solucionarse de una vez por todas). Se presenta como de “superausteridad” un
cuadro que reduce, en el mejor de los casos, 13.000 M €. Y sobre todo, ¿de qué
valen unos presupuestos (que “presuponen” una caída del 0’5% del PIB cuando los
principales expertos auguran el triple) sin una estrategia definida, un modelo
de país para el futuro?
El
Economista.es ha realizado un encomiable esfuerzo para encontrar una política
económica tras estos presupuestos: Fomento del Empleo (formación profesional
dual, empleo joven, calendario laboral, políticas activas de empleo, servicios
de empleo con colaboración público-privada), Reformas competitivas (Mercado
Único, energía, servicios profesionales, competencia y seguros) y Entorno
empresarial (segunda oportunidad, alternativas financieras para autónomos y
pymes a la banca comercial, agilización de la burocracia, internacionalización
e I+D). Excelentes iniciativas; ojalá se implanten eficazmente. Entretanto, la
demanda se ha ido a pique y la oferta no es suficientemente competitiva (por
falta de financiación y de preparación del Capital Humano, especialmente de
Calidad Directiva).
Estrategia
es la actividad del “estrategós” (el general, en la antigua Grecia). Mi
definición favorita, nada académica pero muy práctica, es “Estratégico es lo
que es importante para quien manda”. ¿Y aquí, ahora, quién manda? Pues el
primero que se ha puesto a aplaudir estos presupuestos 2013: la Comisión
Europea, que es quien va a poner el dinero, directa o indirectamente. “El plan de reformas es un paso importante y se
suma a los avances realizados hasta el momento”, ha dicho la Comisión
Europea en un comunicado, que destaca la creación de una autoridad
fiscal independiente.
"El amplio
plan de reformas presentado hoy por las autoridades españolas es un paso
importante en la ampliación y profundización de las reformas estructurales y se
suma a los importantes avances realizados hasta el momento" (Olli
Rehn, VP de la CE). Pues tan contentos.
Y
claro, los medios anglosajones se siguen cebando con los españoles. Tras las
fotos del New York Times (¿qué pasaría si un medio europeo mostrara las
condiciones de muchos suburbios de aquella nación?), en The Telegraph un
analista económico llamado Jeremy Warner comenta que “España debe salir del
euro”. Las políticas de Bruselas “no ofrecen ningún camino creíble hacia la
vuelta a la prosperidad”. “España se muerde la cola hacia un colapso fiscal y
económico autoinducido por la austeridad. Rajoy es un muerto viviente”. Además,
el bueno de Jeremy se hace eco de la fuga de capitales, la amenaza secesionista
en Cataluña, la crisis bancaria, la alianza Alemania-Finlandia-Holanda (que
pone en riesgo el rescate) y el talante del presidente del gobierno: “Hace
menos de un año que Rajoy llegó al poder en una aplastante victoria y ya está
herido de muerte”. Como diría la gran Carmen Iglesias, nuestra peculiaridad
histórica no es que tengamos una “leyenda negra”, sino que nos la creamos
nosotros mismos.
Seamos optimistas. Cuando las cosas se ponen verdaderamente difíciles, entonces sí
surgen planes ilusionantes. Venezuela, un país al que adoro, se juega su futuro
el próximo 7 de octubre y Henrique Capriles, líder de la oposición a Hugo
Chávez, publica hoy una interesante página de opinión: Quiero
hablarles del futuro. Nos dice: “Quiero hablarles del futuro y de los
cambios que ya son una verdad en mi país. Sabemos que el actual Gobierno
mantiene una relación con los países europeos basada exclusivamente en
criterios ideológicos y políticos, en lugar de hacerlo a partir de los
intereses de los venezolanos y las soluciones a sus problemas”. “El proyecto
que encabezo hará que Venezuela tenga un sistema democrático sólido y
contemporáneo, que sea una demostración de las nuevas maneras de hacer política
que precisan estos tiempos para que en el mundo entero la noticia sea el éxito
de los venezolanos y no una voz que se habla a sí misma, anacrónica y adicta al
poder. En mi Gobierno, Venezuela será un referente reconocido por la protección
a los derechos humanos y el respeto a los acuerdos internacionales y no solo
por sus riquezas materiales y sus escándalos de autoritarismo”. Su proyecto
quiere “generar un ambiente de confianza para la inversión nacional y
extranjera”. Respecto a España, “Pienso ahora en el turismo y en las políticas
culturales, dos espacios con mucha potencia en Venezuela y donde tenemos
pensado activar el talento nacional y el desarrollo de nuestras capacidades
para llevarle progreso a cada lugar de nuestro mapa”. “Después de nuestra
victoria el 7 de octubre, cuando los venezolanos demuestren cómo la esperanza
es capaz de vencer al miedo, los venezolanos serán la prioridad de nuestro
Gobierno. Son muchas las materias pendientes que Venezuela tiene con relación a
la política internacional, la diplomacia y el intercambio económico y cultural
con el resto del planeta. El Gobierno actual ha perdido demasiado tiempo
subrayando quiénes son sus políticos amigos y quiénes no, dejando a un lado lo
que yo considero que es el buen uso del poder: la oportunidad de servir a los
venezolanos que han decidido confiar en nosotros, en especial a quienes más nos
necesitan. La cooperación entre Venezuela y España, al igual que con todos los
países de la UE, será conducida por este nuevo camino: la posibilidad de
compartir experiencias, iniciativas y conocimientos que hagan posible mejorar
la calidad de vida de los venezolanos como prioridad y la de los ciudadanos de
los países a quienes Venezuela pueda ayudar”. Porque “Llegaremos juntos a las
soluciones que nos unen para cambiar la manera de hacer política siendo
transparentes e incluyentes”.
Venezuela
es el país con menor inversión extranjera en toda América. “Nuestro plan de
Gobierno está concebido para que haya un clima de confianza que permita
profundizar relaciones económicas como la que tendremos con la UE, brindando
seguridad jurídica a los inversionistas, incluyendo de manera expresa a
inmigrantes europeos que han hecho de Venezuela su país”, insiste Capriles. No más confiscaciones. Mayor cooperación, mayores beneficios.
“La cooperación internacional nos permitirá involucrar nuevas experiencias y
estrategias comprobadas y contemporáneas para resolver problemas tan complejos
como el terrorismo, el narcotráfico y otras manifestaciones del crimen
organizado, en especial el que opera de manera transnacional”. “Los movimientos
insurgentes que operan desde la oscuridad y la violencia son inadmisibles.
Nosotros creemos en políticas con marcos legales claros, Gobiernos
transparentes, con ciudadanos, instituciones, factores económicos y sociales
con deberes y derechos claramente establecidos. Ese es nuestro compromiso, ese
es el futuro de progreso para Venezuela. Hay un camino”.
La
solución, el 7 de octubre. Hay tanto talento en Venezuela, tantas ganas de
superarse, que si opta por el sistema democrático el futuro es suyo sin duda. Yo me apunto desde el día 8.