De entre las ponencias del 2º
Congreso Nacional de Directivos de APD celebrado ayer y hoy (con personalidades
empresariales como Ignacio Sánchez Galán, José Ignacio Goirigolzarri, Baldomero
Falcones, Carlos Mas, Francisco Román, María Garaña, Helena Herrero, Eduardo
Serra, Francisco Ros, Luis Conde o José Luis Bonet), quisiera destacar la de
Nieves Segovia, presidenta de la institución educativa SEK, que nos ha hablado
de Calidad en la educación, motor de
progreso.
Destaco la ponencia de Nieves
Segovia por varios motivos. En primer lugar porque, como ha resaltado Enrique
Sánchez de León, Director General de APD, es importante hablar de la educación
y congresos como éste no suelen hacerlo (en ese sentido, Nieves Segovia es una
emprendedora, una empresaria). En segundo lugar, porque el lema de este 2º
Congreso Nacional de APD ha sido Conquistando
el futuro y creo sinceramente que lo que nos ha transmitido Nieves es de lo
más valioso precisamente para ese futuro que hemos de conquistar. Y en tercero,
y no menos importante, porque ha sido de las mejores ponencias de estos dos
días, tanto en la exposición como en los contenidos y en la presentación
tecnológica (como detalle para quienes solemos hacer presentaciones, la Sra.
Segovia ha situado los logos de SEK y APD, en el ángulo inferior derecha
“juntos”, no a cada lado, lo que me parece un excelente símbolo de cooperación
y de sinergias).
Vayamos con lo que Nieves
Segovia nos ha transmitido. Aunque el título de su ponencia versaba sobre la
Calidad, este tema lo ha considerado, en términos escolares, como “una piedra”.
Ya no hay debate sobre la Calidad. El tema ha quedado desfasado. El problema (o
reto, o desafío) es que seguimos tratando la educación en términos tayloristas,
de la revolución industrial (imposible dejar de evocar la imagen de Charles
Chaplin en la película Tiempos modernos):
aulas como fábricas, división de los alumnos por fechas de nacimiento (Nieves
ha citado a Sir Ken Robinson), etc. No podemos utilizar modelos decimonónicos
(y tayloristas, me gustaría añadir) en la segunda década del siglo XXI.
Me ha gustado, por lo que nos
ha hecho pensar, su distinción entre Educación (reactiva) y Aprendizaje
(proactivo), en línea con la que ayer mencionaba de Cal Newport del libro So
good they can’t ignore you. Why Skills trump Passion in the Quest for Work you
love (Tan bueno que no te puedan
ignorar. Por qué las habilidades atrapan a la pasión en la búsqueda del trabajo
que amas) de Cal Newport. La pasión como “lo que el mundo puede hacer por ti”
(la educación, lo que se entrega a los alumnos, sea educación pública,
concertada o privada) y la misión como “lo que has decidido –en términos
prácticos- hacer con tu vida”.
Otra aportación importante
que nos ha presentado Nieves Segovia es la agregación de los valores de las
diez primeras empresas del IBEX (en términos gráficos y conceptuales), donde
destacan el Cliente y la Orientación a Resultados, y la ha comparado con los
valores enunciados en el anteproyecto de ley de educación de nuestro país, en
la que cobran protagonismo la evaluación (“es como si en las empresas lo más
importante fuera el control de calidad”, ha comentado). Después ha mostrado los
valores de la educación en Finlandia, desde hace dos décadas. Se parecen mucho
a los valores de las grandes empresas españolas y en casi nada a los del
anteproyecto de ley. Impactante, demoledor.
El fracaso escolar (un tercio
de estudiantes perdidos en el camino) como fracaso de todos. Lo llamamos
“escolar” porque medimos el porcentaje de alumnos que abandonan el
bachillerato, pero no son ellos y ellas los culpables, sino todo el sistema.
Los datos de PISA, que sitúan a España en el furgón de cola y no en la
locomotora.
La idea de que los Consejeros
Delegados de éxito (según el estudio de IBM de 2010. Cómo está cambiando el liderazgo en un entorno económico: www-935.ibm.com/services/us/ceo/ceostudy2010/index.html)
comparten unas cualidades que, para la escuela, son las de los alumnos
problemáticos (una reflexión que da mucho que pensar).
La importancia, decisiva, de
crear un espacio con valores (para forjar emprendedores, por ejemplo) y de
utilizar las tecnologías disruptivas (para las que precisamente hay que adecuar
los espacios).
Y varias poderosas ideas más,
entre ellas la co-creación (“no preguntábamos a los alumnos porque asumíamos
que no querían estudiar”, ha comentado Nieves Segovia; de nuevo, propio de un
entorno taylorista, desconfiado y represivo) y la personalización del
aprendizaje (la ponente ha marcado un sugerente paralelismo con la nueva
medicina, personalizada en cada paciente, y en la importancia de la salud
emocional y mental).
Para terminar, ha hablado de
una nueva era también en este campo. Sí, el paso Del Capitalismo al Talentismo.
Me ha encantado la exposición
de Nieves Segovia; habría lamentado mucho habérmela perdido. Me siento muy
orgulloso de que mi hija Zoe estudie en el SEK, porque no solo la educación/aprendizaje
es más valioso que nunca, sino que confluyen dos modelos, el del pasado (de muy
poca utilidad) y el del presente, que nos ha presentado de una forma
exquisitamente didáctica Nieves Segovia. Es una maravilla que Zoe puede estar bebiendo
de este modelo actual.
Y también del 2º Congreso
Nacional de Directivos organizado por APD, unas palabras de Francisco Juan Ros,
presidente de APD Levante: “hay que poner en valor lo que se ha hecho” (esa es
precisamente la definición actual de talento) y dejar de hablar de barra libre
y grandes fastos”. “Todo lo criticable ya se ha criticado y estamos
concienciados”. “Ahora es el momento en el que líderes empresariales, sociales
y de la Administración pongan en valor todo lo que se ha hecho”. Me ha
recordado las palabras de la Dra. Leonor Gallardo el pasado domingo en la
Ciudad del Fútbol, respecto a las instalaciones deportivas: o se cierran o
cambia el modelo, con gestores y líderes profesionales (no olvidemos que, en
Calidad Directiva, España está en el puesto 43º del mundo, impropio para una de
las doce principales economías del planeta).
Mi gratitud a Nieves Segovia
y a l@s ponentes que nos han hecho reflexionar y absorber ideas para ponerlas
en práctica (por cierto, estoy convencido de que en el 3º Congreso Nacional
habrá más liderazgo femenino entre los conferenciantes; sin ánimo de distinguir
géneros, marca la diferencia). Es esencial hacer un alto en el camino y
citarse, como han hecho 1.500 ejecutivos, para aprender a conquistar el futuro.