La semana empezó
ayer domingo a las 19,30 h con el vuelo Madrid – Palma de Mallorca. A mi
llegada a la isla, me estaban esperando Sonia y Aiste de APD Zona Mediterránea
para cenar en La Cuchara, un
delicioso restaurante del Paseo de Mallorca. Y de allí al Castillo Hotel Son
Vida, un edificio del siglo XIII en la parte alta de Palma, donde hoy hemos
celebrado el taller de Liderazgo
Innovador: Clave de la eficiencia y la productividad con una veintena de
profesionales mallorquines. Gracias Caty, Toni, Natasha, Rafael, Carmen,
Federico, Àngels, Isabel I., Isabel T., Yolanda, Carlos, Aina, Silvi, Susana
C., Antonio, Javier, Susana D. y Carlos V. por vuestra generosidad, vuestra
concentración, vuestra actitud. Apuntarse a talleres como éste y disfrutarlos
como lo habéis hecho es en sí mismo un importante signo de Liderazgo. He
disfrutado mucho estando con vosotr@s. Espero volver muy pronto a Mallorca, la
isla de las mil caras.
Ayer empecé a
leer Televisores cuadrados, ideas
redondas, de Mikel Lejarza y Santiago Gómez Amigo. Es un elogio a los
mayores creadores de la historia de la televisión, escrito por dos grandes
expertos (los dos, profesores universitarios e hinchas del Athletic, aunque uno
es directivo de Mediaset y el otro de Antena 3). Está dividido en 21 capítulos,
desde quién es el inventor de la televisión (Paul Gottlieb Nipkoen o John Logie
Bair), el lanzamiento de la tele en España (28 de octubre de 1956, con dos
documentales del NODO, los coros y danzas de la sección femenina de la Falange,
el pianista Enrique Cubiles y la orquesta de Roberto Inglez, con Mona Bell como
solista), I love Lucy (1951-1957), Mary Tyler Moore (1970-77), el show de
Ed Sullivan (1948-1971), los informativos (Walter Cronkite, Dan Rather, Larry
King), las series (Hombre rico, Hombre
pobre; Dallas; Dinastía; Falcon Crest; Dinastía), los programas de James
Burrows (Taxi, Cheers, Frasier, Friends,
Two and a half men, The Big Bang Theory), los de Tartikoff (La hora de Bill Cosby, Hill Street Blues,
Seinfeld), Narciso Ibáñez Serrador (Historias
para no dormir; Un, dos tres), la familia Aragón (Había una vez un circo), la Fox (House, Matrimonio con hijos, Ally McBeal, Melrose Place, Fringe, Glee,
Los Simpson), Jesús Hermida, los realities
(Gran Hermano, Supervivientes, Operación
Triunfo, Mira quién baila), la Trinca (Tariro
Tariro, Amor a primera vista, La luna de miel, Lluvia de estrellas, Crónicas
marcianas, Operación Triunfo, Tú sí que vales, ¡Allá tú!, Mira quién baila),
las series españolas (Cuéntame), más
series en Estados Unidos (Mad men,
Mujeres desesperadas, CSI, 24, El ala oeste de la Casa Blanca, The office)
e Inglaterra (el humor de los Monty
Python, Los roper, Mr Bean o Ricky Gervais),
las chicas de la tele (Oprah Winfrey, A
mi manera, María Teresa Campos, Ana Rosa Quintana, Susanna Griso) o Mercero
(Crónicas de un pueblo, Verano Azul).
Me ha quedado
claro que “son los espectadores los que definen con sus gustos la oferta de las
cadenas” (es decir, tenemos la televisión, como el gobierno, que nos
merecemos), que “el secreto para que un programa o una serie de televisión sea
un auténtico éxito consiste en hacer justo lo contrario de lo que en ese
momento está de moda” (Tartikoff en su libro de memorias, The Last Great Ride). Como dicen los autores, “La televisión es un
lenguaje cuyo objetivo principal es contar historias, y mientras éstas atraigan
el interés del público su porvenir no corre peligro”. No veo mucha televisión,
pero coincido con Mikel y Santiago que el riesgo para la televisión (como para
todos nosotros, nos dediquemos a lo que nos dediquemos) no son las nuevas
tecnologías, sino simplemente aburrir.
El mundo del
cine es de los directores; el de la televisión, de los productores.
Una lectura muy amena e interesante. Un ejemplo, en
la tele, de la innovación como la búsqueda –incesante- de ideas redondas.