Vuelvo de Ecuador optimista,
más seguro de mí mismo que nunca (autoconfianza que no significa arrogancia,
sino humildad para seguir aprendiendo) y convencido hasta el extremo de que,
como escribió George Sand, “Solo hay una felicidad en la vida, el amar y
sentirse amad@”. Cuando me veas, ya te darás cuenta del entusiasmo que
contagio. El triunfo es de las emociones y de las personas valientes, a quienes
guía un proyecto de futuro ilusionante, y por eso me voy a dejar la piel a
partir de esta nueva temporada para demostrarlo.
El domingo pasado, en un
precioso restaurante llamado Barlovento y mientras degustaba el mejor cebiche
que he probado en mi vida (nada menos que elaborado con ocho tipos de
mariscos), escuché una canción del grupo Siempre
Así que es pura emoción, En la mitad
del mundo: www.nme.com/nme-video/youtube/id/ZvckUTY_XpU
En la mitad del mundo, yo
Tengo un montón de amigos;
La mitad de mí se quedó
En la ciudad de Quito.
La mitad de mi alma,
Una parte de dos;
Mi cincuenta por ciento
Se quedó en Ecuador.
En una de las últimas
entradas de su blog, El valor de gestionar con valores, el gran Jaime Pereira
nos habla de un nuevo deporte: el “desconecting” (http://jaimepereira.es/2013/07/14/nuevo-deporte-desconecting/), imprescindible para este
verano. Y pone seis ejemplos personales, como el de Emilio Duró, que se ha
marchado todo un mes con su mujer y sus hijos a la República Dominicana (un
paraíso) para descansar. El de la profesora del IESE Nuria Chinchilla, que
dedica una semana de este verano a estudiar Teología, dos semanas a la playa y
haciendo excursiones con su familia y una semana tele-trabajando. El de Mario
Alonso Puig, que dedica el tiempo a la bicicleta y practicar deportes acuáticos
con su familia y amigos, además de dormir ocho horas diarias. El de Gustavo
Piera que, en su casa de Ibiza, se dedica al mar como buen navegante. El de Pilar
Jericó, que pasa una semana en Palma de Mallorca y ha alquilado una casa fuera
de España para practicar el buceo. Grandes amigos, grandes maestros, que
practican el “desconecting” con sabiduría.
El bueno de Jaime Pereira
(“bueno, en el mejor sentido de la palabra bueno”, como escribió Don Antonio Machado)
también menciona a un servidor, aunque soy de los peores ejemplos en lo que a
la gestión de las vacaciones (y a otras muchas cosas) se refiere. La primera
quincena, disfrutando de Ecuador, y en la segunda, de mi hija Zoe en Europa (a
mediados de septiembre vuelvo a pasar una semana en Iberoamérica, esta vez en
Venezuela).
Sí, así son las cosas.
Como escribe Yolanda Saénz de
Tejada, la mejor poeta de España, en uno de sus últimos poemas, Lo que echo de menos…
Días como hoy,
alguien,
de pronto,
me recuerda
que hay cosas que amo y
que debería
volver
a vivirlas.
Gracias, Jaime, por tu
estupendo blog, en el que los valores (las virtudes, ¿por qué no decirlo?)
siempre ocupan una posición esencial. Y a Emilio, Gustavo, Mario, Nuria, Pilar
y Yolanda por todo lo que nos enseñan.