Estoy siguiendo con enorme
interés la serie Pulso de España que
el gran sociólogo José Juan Toharia está publicando los domingos de agosto en
El País. Considero al Dr. Toharia Cortés un maestro, tanto por la información
que maneja como (especialmente) por la sabiduría de sus análisis y
conclusiones.
“¿Qué mantiene, pese a todo,
en pie a la sociedad española, tan intensamente decepcionada con sus
instituciones políticas, tan castigada por el desempleo y, por primera vez en
decenios, tan desconcertada, tan pesimista y tan carente de liderazgos?”, se
pregunta Toharia en el inicio de esta tercera entrega. “La respuesta es clara:
España se sustenta en el buen hacer de muchas de sus instituciones que integran
el aparato estatal y también de las que componen lo que, para abreviar, cabe
describir como sociedad civil”.
Según el último Barómetro de
Confianza Institucional que elabora trimestralmente Metroscopia (la compañía
que José Juan Toharia preside), las prestaciones de la Administración Pública
son valoradas positivamente por el 70% de los ciudadanos (13 puntos más que en
Francia, 52 más que en Italia). La sanidad pública es vista con buenos ojos por
el 92% de los españoles; los investigadores científicos, por el mismo
porcentaje; los profesores de enseñanza pública, por el 85%; la Guardia Civil,
por el 86%; la Policía y las Fuerzas Armadas, por el 72%. Sí, como nos recuerda
el autor del artículo, instituciones castigadas por los recortes
presupuestarios. “Las evaluaciones que al respecto expresan hoy los españoles
son milimétricamente equivalentes a las que se registran en democracias más que
solventes, como Francia, Alemania o Estados Unidos”.
Respecto a la sociedad civil,
las pymes son apreciadas por el 90% de los españoles. “La actual crisis está
haciendo que muchas pymes estén aprendiendo a sobrevivir ‘desbancarizadamente’:
habrá que ver con qué consecuencias cuando amaine la crisis”, advierte Toharia.
Los bancos son penúltimos en confianza (15%), solo por delante de los partidos políticos
(12%).
“En un país crecientemente
empobrecido (y que soporta con serena dignidad pagar así, colectivamente,
culpas aún mal determinadas pero que con certeza no corresponden a todos por
igual) no puede extrañar el también masivo reconocimiento a la labor
asistencial de los servicios sociales de los municipios y, sobre todo, de
instituciones como Cáritas”. 74% de reconocimiento ciudadano a Cáritas, 41% al
clero parroquial, 21% a los obispos.
El Príncipe de Asturias es
valorado positivamente por el 62% de los españoles (el Rey, por el 50%). Las
ONG, por el 75%. Las Comunidades Autónomas, el 41%; los ayuntamientos, el 40% y
el Parlamento, el 24%.
Y en el mundo empresarial, el
90% de apoyo a las pymes desciende considerablemente en el caso de las grandes
empresas españolas (46%) y aún más las multinacionales (33%), los sindicatos
(28%) y la patronal (21%).
¿Por qué no se hunde España?
Porque se fía de un Estado del Bienestar que se está recortando a un ritmo
considerable durante este austericidio, y por el valor que esa escasa pero
talentosa sociedad civil (pymes, ONGs). Toda una paradoja.
Mi agradecimiento al maestro
José Juan Toharia y a su equipo de Metroscopia. Si no entendemos lo que está
ocurriendo a nuestro alrededor (y qué opina la ciudadanía al respecto) no
podemos mejorar las cosas.