Comienza la semana, comienza el mes, comienza
la temporada. Y lo hace con alegría. Hace un año hablaba de canciones como
‘September’ de Earth, Wind and Fire (positividad contagiosa) y de ‘September
morn’ en las versiones de Neil Diamond, Gilbert Becaud y Andrea Bocelli
(reflexión obligada). Temas preciosos para un nuevo comienzo.
Más allá de las “oportunidades de mejora” de
la actitud de conjuntos (que no equipos) como el Real Madrid ayer en Anoeta y
de los esforzados triunfos del Barça en Villareal y del Atleti en casa ante el
Eibar, quiero hoy centrarme en el talento de esas tres estrellas que son
Carolina Marín, Javier Gómez Noya y Marc Márquez. En otros países serían
superhéroes; en el nuestro, de Quijotes, se habla de ellos poco y sin la
admiración que debiéramos, quitando la enorme importancia de sus hazañas.
Carolina Marín ha ganado el campeonato del
mundo de bádminton. La primera no asiática en hacerlo después de 15 años. La
tercera europea de la historia (lo lograron dos danesas en 1977 y 1997).
Absolutamente espectacular.
¿Cuáles son las claves del éxito de esta
onubense de 21 años? Que es zurda (en un circuito mundial en el que la gran
mayoría de sus rivales son diestras) y que antes de practicar este deporte, hizo
baile flamenco. Su ídolo, Rafa Nadal (también zurdo). Su filosofía: “Lo que
hago no es mío, es de todos”. Su impacto: que una federación creada en 1985
espere llegar a las 7.000 licencias y los 250 clubes (para que nos hagamos una
remota idea del tamaño de su hazaña, en China practican bádminton 100 millones
de personas). Progresión: hace 10 meses estaba la 20ª del mundo, en abril ganó
el campeonato de Europa.
Partió con un 5-0 en contra (comenzó
nerviosa). Su coach, Fernando Rivas, le recomendó que se tranquilizara y mirara
a su rival (campeona olímpica y mundial) y se la comiera mentalmente
(autoeficacia). Carolina perdió 21-17 en el primer set (nadie le había hecho 17
puntos a Li Xuerui). Ganó los siguientes dos sets, con el cariño del público
danés (Carolina Marín juega la liga del país nórdico porque no tiene rivales en
el nuestro). Me ha recordado a mi gran amiga la Dra. Leonor Gallardo, que fue
campeona de España de bádminton.
Este verano ha sido el del talento femenino
español en el ámbito deportivo. Tarragó en waterpolo; Beitia, India Terrero y
Diana Martín en atletismo; Salvadores en baloncesto; Mireia Belmonte en
natación, como Ona Carbonell, Duane de la Rocha, Judit Ignacio y Jessica Vall…
(gracias a Fonsi Loaiza por la crónica y el listado de talentosas). Por cierto,
a muy pequeña escala, las infantiles del AR10 de Madrid (donde juega mi hija
Zoe) ganaron ayer el Torneo de La Coruña al Sárgoma, Orzán y Oviedo Moderno.
Una gran labor de las jugadores y un estrategia de éxito de Miguel Ángel, su entrenador.
Demostraron técnica, equipo y supieron sufrir la agresividad y un pésimo
arbitraje.
Siguiendo en Galicia, el ferrolano Javier
Gómez Noya (Iria, ya sabes que tenemos una comida pendiente con él) ganó por
cuarta vez el campeonato del mundo de triatlón (como hiciera en 2008, 2010 y
2013). Toda una proeza. Este 2014 se ha impuesto en Auckland, Yokohama, Ciudad
del Cabo y Chicago. Además es plata olímpica. Nuestro compatriota el mallorquín
Mario Mola, de 24 años, ha obtenido la medalla de plata. Los dos hicieron ayer
en Edmonton, Canadá, una espectacular labor frente a Jonathan Brownlee.
Y qué decir de Marc Márquez en Moto GP. 11ª
victoria de la temporada (ha hecho 10 consecutivas) frente a un brillante Jorge
Lorenzo y con Rossi tercero. El mallorquín Lorenzo con su Yamaha dominó a falta
de siete vueltas, pero Honda de Márquez le pudo.
Tenemos en el deporte Quijotes (de ambos géneros)
que muestran nuestra mejor naturaleza. Mi agradecimiento a tod@s ell@s.