Michael Keaton y el "efecto Lázaro": resucitar el Talento


Segundo día en Madrid. Hoy hemos estado trabajando con una de nuestras principales empresas clientes en España y en el mundo, con los profesionales de alto potencial. Es un placer comprobar cómo decenas de ingenieros jóvenes complementan su excelente preparación con el desarrollo de su liderazgo. Mi agradecimiento a ell@s y a mis compañer@s de Right Management, que están llevando excelentemente este proyecto tan importante.
Pero volvamos a los Óscar 2015. El protagonista de ‘Birdman’, de Alejandro González Iñárritu (Mejor Película, Director, Guión Original, Fotografía) es, como sabes, Michael Keaton (Pennsylvania, 1951), que había ganado el Globo de Oro al Mejor Actor. Y era uno de los favoritos al Óscar, aunque no pudo ser. En esta cinta del director mexicano Keaton interpreta a un actor que estuvo en lo más alto gracias a interpretar a un superhéroe y que en la película está en lo más profundo del pozo, tratando de resarcir haciendo una obra de teatro. El guión, también de Iñárritu, parece inspirado en el propio Keaton, que saboreó las mieles de la gloria con el ‘Batman’ de Tim Burton (allá por 1989). Antés había sido ‘Johnny peligroso’ (1984) y ‘Bitelchús’ (1988). Volvió a hacer otro ‘Batman’ en el 92, un meritorio ‘Mucho ruido y pocas nueces’ de Shakespeare (1993) y se multiplicó en ‘Mis dobles, mi mujer y yo’ (1996). Desapareció y ha sido “resucitado” casi 20 años después. ¡Aleluya!
Lo mismo le pasó al galán Matthew McConaughey (Texas, 1969). Hizo ‘Tiempo de matar’ en 1996 y le llamaban “el nuevo Paul Newman”. Avanzó con ‘Contact’ y ‘Amistad’ (1997), ‘Los Newton Boys’ (1998) ‘EdTv’ (1999). Era el favorito para protagonizar ‘Titanic’ (1997) en lugar de Di Caprio, pero no pudo ser. Y el siglo XXI le sentó fatal: ‘Planes de boda’ (2001), ‘Cómo perder a un chico en diez días’ (2003), ‘Sahara’ (2005), ‘Novia por contrato’ (2006), ‘Como locos a por el oro’ (2008) y ‘Los fantasmas de mis exnovias’ (2009). Cuesta abajo en la rodada. Entonces tomó la determinación de dar un arriesgado giro a su carrera. En 2011, ‘El Inocente’ (The Lincoln Lawyer) y ‘Killer Joe’ (una película de 11 M $ que obtuvo 220.000 $ en taquilla… y 9 premios y 18 nominaciones en los festivales). Al año siguiente, ‘El chico del periódico’, ‘Mud’ y ‘Magic Mike’. En 2013, ‘El Lobo de Wall Street’ y ‘Dallars Buyers Club’, por la que ganó el Óscar. Y en 2014, la serie ‘True Detective’ (8 episodios) e ‘Interstellar’. Tiene 5 películas terminadas y en preproducción. ¡Levántate y anda!
Y el caso más paradigmático, el de John Travolta (New Jersey, 1954). Ídolo por ‘Fiebre del sábado noche’ (1977) y Grease (1978), aprovechó el tirón con ‘Cowboy de ciudad’ (1980), ‘Staying alive’ (1983) y ‘Perfect’ (1985). Desde el 89, la saga ‘Mira quién habla’ (el bebé) y ‘De pura raza’ (hablaba el perro). Tarantino lo resucitó con ‘Pulp Fiction’ (1994) y, desde entonces, ‘Cómo conquistar Hollywood’ (1995), ‘Broken arrow’, ‘Phenomenon’ y ‘Michael’ (1996), ‘Cara a cara’ y ‘Mad city’ (1997), ‘Primary colors (interpretando a Bill Clinton), ‘La delgada línea roja’ y ‘Acción civil`(2009). 36 películas en la última década.
Respecto al talento y la marca se habla de “Efecto Mateo”, creado por el sociólogo Robert Merton en 1968: “el rico se hace más rico y el pobre se hace más pobre”. Tal es la acumulación de títulos, de menciones, de fama, de reconocimiento. Y de “Efecto Matilda” (creado por Margaret Rossiterm en honor a la activista Matilda J. Cage), que es precisamente el contrario. Deberíamos incorporar el “Efecto Lázaro”, que existe en la literatura médica (retorno espontáneo de la circulación después de varios intentos fallidos), pero todavía no respecto al talento. John Travolta, Matthew McConaughey y más recientemente Michael Keaton son buena prueba de ello.
Mi gratitud a Dingleby Haight, que en un artículo de Cinerama, me ha abierto los ojos sobre el “efecto Travolta” en el séptimo arte. Margaret Thatcher (1925-2013) dijo hace 25 años: “todas las mujeres sabemos que un suflé no se levanta dos veces” (what every woman knows – you can’t make a soufflé rise twice). Pues a veces sí.