Dos jornadas en Madrid, lunes y martes, antes
del viaje a Londres durante seis días. Muy útiles para avanzar en el nuevo
trimestre del año, que promete ser apasionante.
He estado leyendo ‘La productividad en la
empresa. Lecciones para ser más eficiente y competitivo’, del doctor en
psicología y psiquiatra, profesor adjunto del IE Enrique Reig Pintado. Un texto
en cinco partes: la productividad con rostro humano, la productividad en el
mundo latino, el Liderazgo como opción que permite la productividad
trascendente, el modelo de productividad Reig-Raccanello y el por qué y para
qué de la productividad.
En la introducción, el autor nos recuerda
tres conceptos griegos de gran valor: aristós (propósito llevado a un fin),
areté (la culminación excepcional, la excelencia) y la eudaimonia (la felicidad
como vida bien vivida). Y las sabias palabras de Aristoteles: “Somos lo que
hacemos día a día, de modo que la excelencia no es un acto sino un hábito”.
Reig se centra en la latinidad como cultura y en el modelo EFQM, con sus
agentes facilitadores (Liderazgo, Política y estrategia, Personas, Alianzas y
recursos, Procesos) y sus resultados (en los clientes, en las personas, en la
sociedad, en el rendimiento). Lo latino se sintetiza en las palabras de
Salustio: “Con concordia, las cosas crecen; con desunión, las cosas grandes se
derrumban”. Por eso Jenofonte nos enseñó que “la tripulación de una galera
convenientmente guiada puede hacer un viaje en la mitad de tiempo que le
tomaría a una tripulación mal conducida, además de que los hombres estarían más
contentos y más entusiastas respecto a su rendimiento”. Tal es el poder del
Liderazgo, de la Calidad Directiva.
José Ángel Gómez Cabrera, ingeniero petrolero
con gran experiencia en PEMEX, nos habla de las claves en la generación de
ideas innovadoras y productivas. El profesor Reig considera la motivación como
“la principal responsable de la manifestación de talento” y la productividad
humana como algo que ocurre “cuando se concilia el proyecto personal interior
de una persona con el proyecto del entorno laboral al cual intenta integrarse
internamente”. Por eso el talento adquiere una dimensión social.
El talento se cultiva en un contexto
productivo, de innovación. “La vía correcta es la equidad”. El Liderazgo, por
ello, es Inteligencia Contextual. “Las cosas solo tienen el valor que les
damos” (Moliére). “Un pueblo que valora más sus privilegios que sus principios
perderá pronto los dos” (Eisenhower).
Enrique Reig y Kristiano Raccanello (instituto
Bernardo Quintana de México) han analizado los rasgos del trabajador
productivo: Compromiso con la organización (interno), Autoconfianza (interno),
Motivación (externa), Responsabilidad (interno), Congruencia (interna),
Capacidad (interna) y Actitud (interna). Como no puede ser de otra manera, un
perfil muy coincidente con el de la “clase creativa” de Richard Florida. Locus
de control + motivación externa (o “no desmotivación” por parte del jefe, que
sería más apropiado).
La cultura latina se caracteriza, según los
autores, por siete rasgos: Autoridad del padre, apoyo mutuo, hospitalidad,
emotividad, flexibilidad/tolerancia, sobremesa (charla relajada) y afectividad.
Junto a esos mimbres, nos complican la existencia la inconsistencia,
resentimiento, sumisión y evasión. Un diagnóstico certero y valiente.
El modelo de productividad para el entorno
latino tiene tres partes:
A. Liderazgo: el líder tiene en cuenta
lo humano, el territorio y la empresa (la organización productiva). La ruta del
proceso de dirección incluye adquisición de habilidades, conciencia ética,
disciplina para la forja del carácter, aprendizaje (autovigilancia y
autocrítica), construcción de relaciones productivas y de alta calidad,
aplicación de elementos de liderazgo transformador (carisma, estimulación
intelectual, individualización, inspiracion).
B. Comunicación (“el barro del que están
hechas todas las cosas”). “Lo más importante de la comunicación es escuchar lo
que no se dice”. “Lo que causa problemas no es tanto lo que la gente ignora como
lo que saben y no es verdad” (Mark Twain). “La mayoría de las desgracias de los
hombres provienen de no hablar claro” (Albert Camus).
C. Estrategia (“la selección del mejor
camino para llegar a la meta”). Los planes estratégicos se desarrollan basados
en un propósito y se despliegan a las acciones planificadas (Mintzberg).
En la
productividad es esencial el elemento humano (“la productividad interior”).
“Prefiero el bastón de la experiencia al carro rápido de la fortuna”
(Pitágoras). La selección: “Para aumentar
la productividad es absolutamente necesario incorporar a los mejores
trabajadores” (Jack Welch). Autoconocimiento, responsabilidad y aprovechamiento
del potencial (“Sabemos lo que somos, pero no lo que podemos llegar a ser”,
Shakespeare).
El libro
incluye casos muy interesantes como los de Nubiola (Barcelona, 1914),
Infun (Sant Vicenç dels Horts, 1970),
Moysa (“a caring company”). “La naturaleza no hace nada en vano” (Aristóteles).
Desarrollo
del Talento: la productividad como capacitación. El sabio de Estagira, ya
mencionado, apelaba a la Templanza como justo medio frente a los instintos.
Para
Enrique Reig y Fernando Siliceo (México), la motivación es Energía + Dirección
+ Valor añadido por el esfuerzo + Legitimidad moral
El modelo
de productividad parte de la Autoconfianza y Compromiso que multiplica por
cuatro factores (Congruencia, Disposición al desempeño, Preparación y Actitud)
siendo el resultado mayor que la Intensidad de Resistencia al desempeño
productivo (Falta de autoconfianza, Miedos, Prejuicios, Ignorancia).
Un libro y
un modelo muy interesantes, que concluye el director del instituto Bernardo
Quintana, Bernardo Quintana Kawage, con dos citas preciosas de Hegel (“Nada
grande se ha hecho en este mundo sin una gran pasión”) y de Joseph Joubert (“La
ternura es el reposo necesario de la pasión”). Pasión y Ternura, grandes
fuentes de productividad.
Gracias a
Enrique Reig Pintado y a Bernardo Quintana, así como a Alfonso Siliceo, Isaac
Jauli, Ceferí Soler, Juan Requejo, Kristiano Raccanello, Juan Ramos Pemán,
Enrique Reig Salazar, José Ángel Gómez Cabrera, Luis Blanck y Fernando Siliceo
que han participado activamente como colaboradores de esta estupenda obra.
La
productividad, ya sabes, es en más del 60% Calidad Directiva y está ligada, en un
90%, a las emociones (a la inteligencia intrapersonal e interpersonal). “Ser
positiv@ es ser productiv@” (Barbara Fredrickson).