Este fin
de semana pasado, en casa, he disfrutado de dos de mis series favoritas:
Scandal (T5, episodio nº 14) y House of Cards (T4, nº 11 y 12). He visto el
primer programa de lo nuevo de Iñaki Gabilondo, ‘Cuando ya no esté’, diálogos
sobre el Futuro, dentro de unos 20 años. Un debate de IG con Cristina
Garmendia, Juan Luis Arsuaga y Javier Gomá; una entrevista a Juan Ignacio
Cirac. Esperaba más. Sin embargo, soy consciente de que la televisión (incluso
una televisión minoritaria como #0) es más espectáculo que reflexión. He visto
más respuestas banales que preguntas esenciales.
Ayer fue
el día internacional de la Felicidad. En la prensa, un batiburrillo de consejos
y extrañas frases (como la de Ferran Adrià: “No busques el éxito, busca la
felicidad”, cuando precisamente el éxito –exitus- es tu salida, tus objetivos,
tus sueños; seguro que uno de los mejores cocineros parafraseaba a Einstein:
“procura no ser una persona de fama, sino de valor). Sabemos mucho más de lo
que pensamos sobre la Felicidad, pero conviene acudir a las verdaderas fuentes,
desde Confucio, Aristóteles y Séneca a
Sonja Lyubomirsky, Tal Ben Shahar o Paul Dolan. Quisiera sintetizar todo esto
en una especie de decálogo.
1. La
felicidad debe definirse bien. Según la RAE es “Estado de grata satisfacción
espiritual y física. Ausencia de inconvenientes y tropiezos”. La felicidad
realmente es “experiencia global de placer y significado”. Conviene recalcar el
“y”, el ampersand (&). Quienes sólo buscan el placer se convierten en
hedonistas; quienes carecen del mismo, en perfeccionistas. La felicidad es sano
equilibrio.
2. El
concepto de felicidad proviene del latín “felicitas”, lo que es fértil fecundo (aplicado a la agricultura). Los
romanos distinguían tres calificativos: fortunatus (colmad@ de suerte), beatus
(colmad@ de riqueza) y felix (beneficiado por la fecundidad). La raíz es la
misma de fémina, de felare (mamar) y de filius (hijo). Humano viene de “humus”,
la tierra orgánica, cultivable, fecunda.
3. La
felicidad no se busca, se construye. Depende sólo en un 10% de lo externo
(salud, dinero, amor), en un 50% de los primeros años de vida, del entorno (se
aprende, para bien o para mal) y en un 40% es voluntaria (Sonja Lyubomirsky).
Somos arquitect@s de nuestra felicidad.
4. Las
personas felices eligen, no se dejan llevar por las circunstancias. Prestan
atención a las maravillas de la vida, actúan con resolución, marcan la
diferencia, no procrastinan, viven su vocación, aprenden, se expresan,
disfrutan de la vida, crean su propia suerte, escuchan con atención, dicen sí,
tienen sentido del humor, se concentran en lo esencial, hacen sentir bien a los
demás, se concentran en sus fortalezas, siguen el proceso, se abren, sonríen,
viven el presente, inspiran
profundamente, son fieles a sí mismas, transmiten energía positiva, perciben
retos, hacen sus sueños realidad, son generosas… las personas felices comparten
una determinada actitud que las convierte en tales.
5. La
felicidad consiste en 3D: Diseñar, Decidir y “Do” (Hacer). Paul Dolan nos
propone puntuar en placer, propósito y dificultad en alcanzarlo estos 20 items:
ganar dinero, nuevas experiencias, los hijos, pasar tiempo con ellos, que se
vayan de casa, una nueva pareja, dormir más, más sexo, un paseo, más tiempo con
los amigos, una casa nueva, un nuevo empleo, un nuevo jefe, nuevos colegas en
el trabajo, más ejercicio, estar más sano, más delgad@, dejar de fumar, más
vacaciones, una mascota.
6. En la
construcción voluntaria y consciente de la felicidad hay una serie de
actividades deliberadas. Entre ellas, pilares como la gratitud (que es un gran
antidepresivo), la fluidez (tener retos y elevar nuestras capacidades a la
altura de esos retos, más allá de la ansiedad y el aburrimiento) y el optimismo
inteligente (estilo explicativo de la realidad).
7. No
somos una isla. Nuestra felicidad depende del trato con los demás: de la
amabilidad, de las relaciones sociales (familia, amigos), de saborear (juntos)
las alegrías de la vida. También de evitar las comparaciones sociales y darle
demasiadas vueltas. Y de la resiliencia y el perdón.
8. La
felicidad no es ingenua, no es la del “colgado”. Debe asociarse al bienestar, a
sentirse bien; no a mantenerse seren@ a pesar de los malos momentos. Martin
Seligman nos enseña que si la felicidad es “una cosa”, el bienestar es “un
constructo”. El bienestar (well-being) depende de emociones
positivas, de la entrega (darse a los demás) y el sentido (propósito). El
bienestar, no te extrañará, es crecimiento personal.
9. Para crecer y por tanto ser felices, debemos
establecer nuestros objetivos (éxito) y comprometernos con ellos, practicar
nuestros valores, ocuparnos de nuestro cuerpo (ejercicio físico) y nuestra alma
(ejercicio mental). La felicidad es transcendencia.
10. En
sus “contras” de La Vanguardia sobre la Felicidad, Ima Sanchís,
Lluís Amiguet y Víctor Amela nos
han enseñado que “el Amor es ver y sentir la vida en todas las cosas.
La vida y el amor son una unidad” (Amma, maestra espiritual), “No te fíes ni un
pelo del que va de serio” (Javier Cercas), “Hay que saber mucho para ser
sencillo” (Ángel Gabilondo), “Sólo la generosidad nos enriquece. Somos felices
cuando nos sentimos parte de algo y nos olvidamos de nosotros mismos” (Javier
de las Heras), “Cultive sus talentos e implíquese, será feliz” (Lou Marinoff),
“Si trabajas por dinero eres un esclavo” (Raimon Panikkar), “Quien no espera
nada siempre halla sorpresa. Confíe. No busque, descubra, eso es suficiente. La
vida es un tesoro” (Peter Yang, sacerdote católico y sabio taoísta chino),
“Date permiso para ser humano” (Tal Ben Shahar), “Librémonos de una vez de la
culpa-habilidad” (Fred Kofman), “La cultura de la queja lleva a Occidente a la
decadencia” (Swami Parthasarathy), “La creatividad es inteligencia aplicada a
una tarea concreta y compartida con complicidad: genio creativo es un
oxímoron” (Ken Robinson), “Cuando me siento feliz, lo vivo con plenitud; y
cuando me siento infeliz, lo vivo con serenidad” (André Comte-Sponville), “A
más jefes, menos felicidad” (Eduard Punset), “Háblate a ti mismo al espejo”
(Luis Rojas Marcos), “La felicidad es una decisión” (Lama Sogyal Rimpoché), “El
coaching es más fácil practicarlo que explicarlo” (John Whitmore). La felicidad
es entender y practicar que “todo lo que sucede, conviene” (Shakespeare).
Sí, “la banalización de la felicidad es tan
corrosiva como la banalización del mal” (Luis García Montero). Te deseo que
sigas manos a la obra en la creación de tu propia felicidad, eficazmente, con
las actividades adecuadas.