Hemos estado
debatiendo extensamente sobre Transformación, Digitalización, Automatización y
el papel del Talento en todo ello.
En un mundo
VUCA, en el que la supervivencia de las compañías depende de adaptarse un ritmo
mayor al de los cambios en el entorno, el cambio es acelerado, exponencial, y
la transformación, como respuesta al cambio, no es opcional. Transformación que
debe partir de la misión, visión y valores de la compañía (que debe tener una
cierta estabilidad, aunque no sea inamovible), de la estrategia (que por
supuesto debe irse renovando) y de un modelo de negocio coherente. En la
transformación, la digitalización es parte esencial, que no única. Por ello, no
debe limitarse a la automatización, a saber qué pueden hacer las máquinas
eficientemente, sino que debe tener en cuenta al menos en la misma medida el
servicio al cliente. Las empresas para las que la transformación sólo sea
automatización, sin replantearse el esencial papel del talento, desaparecerán
con prontitud, porque sufrirán la “anorexia corporativa” (quitar músculo y no
solo estar más en forma). Cuidado con el “solucionismo tecnológico”, que puede
dar al traste con compañías antes saludables.
En este contexto
en el que tanto se habla de la Transformación Digital, hemos estado comentando
si (como parece que ocurrirá en no pocos casos), la Dirección de Recursos
Humanos acabará reportando al CIO (Chief Information Officer, el antiguo
Director de Sistemas), o incluso al CDO (Chief Digital Officer). Como en los
años más duros de la crisis, cuando en muchas empresas el DRH acabó reportando
al Director Financiero y saliendo del Comité de Dirección, dependerá de las
circunstancias y de la mentalidad de la empresa.
En un 80% de las
organizaciones, si el modelo mental es cortoplacista y el DRH se dedica casi
exclusivamente a tareas de bajo valor añadido, es muy probable que RRHH reporte
al CIO. En el 20% de las empresas (que no por casualidad vendrán a ser las Top
Employers y las empresas excelentes según el Modelo de la EFQM, del Liderazgo a
los Resultados de Negocio), la Dirección de Recursos Humanos se transformará en
(o dispondrá de un) Chief Learning Officer, cuya misión es que la organización
aprenda a un ritmo acelerado, no solo porque cuente con nuevos conocimientos,
sino porque los aplique en forma de nuevos productos y servicios, procesos,
etc. La agilidad es clave.
Es un momento
fascinante, cada vez más VUCA, en el que hay dos tipos de compañías: las
rápidas (ágiles, flexibles, colaborativas, delegativas) y las muertas.
Mi gratitud a
quienes nos abren los ojos ante este panorama tan ilusionante como peligroso.