Domingo
de sol, de arroz frente a la playa, de lectura de periódicos y libros y de
vuelta a Madrid. Queríamos haber ido a ver ‘La La Land. La ciudad de las
estrellas’ (Zoe todavía no ha podido verla), pero la han descartado de las
matinales. Otra vez será.
Como
sabes, me gusta concretar el Poder de la Actitud en el triángulo Emociones
(‘Inteligencia Emocional’ de Daniel Goleman), Lenguaje (‘La Ciencia del
Lenguaje Positivo’ de Luis Castellanos, Diana Yoldi y José Luis Hidalgo) y
Postura (‘El poder de la presencia’ de Amy Cuddy). Hoy he estado leyendo,
precisamente sobre esta última, ‘Cambia tu postura, cambia tu vida. La técnica
Alexander’ de Richard Brennan. Director de la escuela de profesores de esta
técnica, es el quinto libro de Richard sobre el tema.
La
postura afecta a nuestro cuerpo y a nuestra manera general de pensar y de
sentir. “Una buena postura potencia la libertad de movimientos y la fortaleza
física y mental, mejora nuestro aspecto y nos proporciona una sensación de
bienestar general”. Los siete grandes beneficios de la técnica Alexander son:
-
Aliviar el dolor.
-
Mejorar la postura.
- Conservar
la salud.
-
Reducir el estrés.
-
Trabajar mejor (en el deporte, en la música, en la oratoria y el teatro).
-
Desarrollarse personalmente.
-
Aumentar el placer de vivir el presente.
Frederick
Matthias Alexander nació en Tasmania (Australia) en 1869. De niño, fue muy
enfermizo. Trabajó como actor y experimentó una serie de descubrimientos:
- A
menudo entorpecemos nuestros mecanismos fisiológicos de manera habitual e
inconsciente.
-
Existe el Control Primario, que organiza el equilibrio y coordinación de todo
el cuerpo.
- Nuestra
manera de usar el cuerpo afecta invariablemente a varias funciones.
- Poseemos
una conciencia sensorial (“sexto sentido”) imprecisa.
- El
cuerpo no funciona como una serie de partes separadas e independientes, sino como
un todo cuyas partes se afectan entre sí.
- Un
estímulo determinado provoca la misma reacción una y otra vez. Si no se le pone
freno, se convierte en un comportamiento habitual. Dicha forma natural
finalmente nos parecerá normal y natural.
- Las
instrucciones: para modificar un hábito que comporta tensión muscular tan solo
es necesario pensar en lo que queremos que el músculo haga en vez de hacerlo
realmente y provocar con ello todavía más tensión.
- La
inhibición: resistirnos a reaccionar automáticamente a cualquier estímulo tal
como lo hacemos de ordinario.
-
Eliminar la actitud centrada en la consecución de objetivos: mediante la
inhibición y las instrucciones, podemos prestar atención a cómo realizamos una
acción y dejar de centrarnos únicamente en el resultado.
- La
mente, el cuerpo y las emociones no son entidades separadas, sino que
interactúan como una unidad.
La
clave de la técnica Alexander, como de tantas otras, es la consciencia. Darnos
cuenta, comprender la postura (mi porte, mi posición, mi manera de ser), redefinirla
(reflejos posturales, músculos). Para liberarnos de la tensión acumulada,
desaprender (malos hábitos) y reaprender (los hábitos saludables). “La postura
es la expresión de cómo nos sentimos internamente”.
En el
cole, la mochila, llevar una maleta pesada, la silla, el pupitre nos provocan
malas posturas. Pasamos frente a un pupitre unas 15.000 horas.
La
clave es “tomarte tiempo”. Tomarte tiempo:
-
para trabajar, es el precio del éxito.
-
para meditar, es la fuente del poder.
-
para jugar, es el secreto de la juventud eterna.
-
para leer, es el camino del conocimiento.
-
para ser amable, es la manera de ser feliz.
-
para reír, es la música del alma.
-
para amar y ser amad@.
Vivimos
en “la decadencia de la postura erguida”. Hemos de recuperarla, en la
articulación entre brazos y cuerpo, la articulación de la cadera, la columna
vertebral. Hemos de confiar en “nuestro acróbata interno”, tanto en el control
primario (los ojos, estar de pie, sentarse, agacharse) como en nuestro interior
(ejercicios de consciencia, frente al espejo) y en la respiración (profunda,
diafragmática). Tenemos que liberar el cuello, permitir que la cabeza se
desplace hacia delante y hacia arriba, que la espalda se alargue y ensanche,
que los hombros y los codos se separen. Cuidado con el calzado incómodo
(tacones, suelas, horma).
Nuestra
postura es única. En la posición semisupina (tumbados, hacia arriba) reducimos
la tensión tras un día ajetreado. Nuestra manera de respirar refleja nuestra
manera de vivir. Hemos de practicar la “Ahh susurrada”.
Equilibremos
de nuevo nuestra vida para mejorar la actitud y estar más presentes. Tengo pendiente
que me asesore en las próximas semanas una experta en Técnica Alexander, en
esta filosofía de vida.
La canción de hoy, ‘No sé tú’, de Armando
Manzanero. He escuchado la versión en dueto con Pancho Céspedes. Me gusta
especialmente la versión de Luis Miguel: www.youtube.com/watch?v=T_oE3qkbo5s
“Me haces falta, mucha falta, no sé tú”.