Hoy miércoles he estado trabajando durante la
mañana con el DG de una empresa cliente que está marcando la pauta en su
sector. Su caso es fascinante porque el proceso de transformación no es al uso
(desde el plan estratégico, el organigrama y los sistemas de información, las 3
S “hard”, a la Cultura, el Clima, el Liderazgo y las Competencias, las 4
“soft”) sino precisamente al revés. Procede de un sector muy competitivo y
desde su propio estilo de liderazgo está “moldeando” a la organización,
influyendo en el clima laboral, las competencias que se reconocen y promueven,
la cultura deseada y ha dejado la estructura, los sistemas y la estrategia para
el final. Su método funciona… aceleradamente. Me parece que su organización es
firme candidata a Top Employer el año que viene. Mi gratitud hacia él por todo
lo que estamos aprendiendo de este caso de enorme éxito.
Cuadernos Mente & Cerebro del primer
cuatrimestre (Q1) de 2017. ‘Amor, pareja y sexualidad. Neurobiología, psicología
y evolución’. Una serie de descubrimientos fascinantes:
- Elección
de pareja, por la socióloga Lynn Dicks (Cambridge). De forma inconsciente,
las personas consideramos más atractivas las caras que nos recuerdan a nuestros
padres. Por ello, buscamos una pareja que se parezca a nosotr@s o a nuestros
familiares. En resto de los mamíferos, se busca una “impronta sexual” similar a
los progenitores. Esa preferencia es la explicación biológica al freudiano
“complejo de Edipo”. Según David Perrett (Instituto de Psicología de la
Universidad de Saint Andrews), nos atraen l@s iguales como compañer@s de
pareja.
- Amor
juvenil, por Inge Seiffge Krenke (catedrática de psicología evolutiva de la
Universidad de Maguncia). En 1999, Wyndol Furman (Universidad de Denver)
definió cuatro fases para las relaciones amorosas juveniles: iniciación,
estatus, afección y vinculación. A los 16-18 años, la relación es más duradera
que a los 11-13. L@s chic@s que recuerdan una unión segura y protectora de sus
padres viven sus relaciones con más intimida y satisfacción sexual.
- Neurotransmisores
y centros del placer, por el psicólogo Rainer Schwarting (catedrático de la
Universidad de Marburgo). Neurotransmisores como la dopamina intervienen en la
experiencia de amor y placer. Además de las hormonas, intervienen factores
genéticos, la propia experiencia y el entorno social. Es complejo establecer un
centro cerebral para esas sensaciones en la región frontal (neocórtex).
- Amor
en imágenes, por Andreas Bartels y Smeir Zeki. Mediante tomografía por
resonancia funcional, se han descubierto cuatro áreas del sistema límbico
relacionadas con el amor: corteza cingular, ínsula, núcleo caudado y putamen
(estas dos últimas aportan el componente erótico al amor romántico). Las mismas
4 que cuando un/a enamorad@ mira la foto de su amad@. El apetito sexual activa
el hipocampo. Varoas regiones del hemosferio derecho relativas a los
sentimientos negativos se inactivan en las personas enamoradas (idealización).
“El amor es la sublimación de los sentidos” (Diótima, maestra de Sócrates).
- Ventajas
evolutivas de la monogamia, por la antropóloga Blake Edgar. Menos del 10%
de los mamíferos mantienen relaciones sexuales exclusivas. Los primeros
homínidos (hace 7 M de años) fueron monógamos para permitir que su cerebro
creciera (“tener varias compañeras es agotador”).
- El
arte de perdonar, por la psicóloga y periodista Anne Hoffman. Las personas
de edad avanzada perdonamos con más facilidad que las jóvenes. La empatía y el
carácter afable facilitan el perdón. Los individuos indulgentes presentan mejor
salud física y psicológica (de momento, desconocemos el motivo). Con
psicoterapia puede fomentarse la predisposición al perdón, que es saludable
(aumenta la perspectiva).
- Violencia
de género, por Francisca Expósito (profesora de psicología social de la
Universidad de Granada). Es fruto de la cultura machista, si bien no hay un
único perfil de maltratador. Las victimas deben reconocer el maltrato y
rechazarlo.
- Origen
de los celos, por Christine R. Harris. Según la psicología evolutiva, la
celotipia es causada por circuitos cerebrales de nuestros ancestros; la
investigación no apoya esta hipótesis. Para la sociobiología del conocimiento,
se trata de un proceso cognitivo complejo de respuesta a la rivalidad.
- Orgasmo
y cerebro, por la socióloga Elizabeth Stachura. Durante el orgasmo se
activa el sistema de recompensa cerebral (similar al consumo de drogas). Las
mujeres deben estar relajadas para alcanzar el clímax (se desconectan áreas del
lóbulo frontal, control del cerebro). Ambos exos experimentan el orgasmo de
forma parecida. Orgasmo vaginal y clitoriano son las dos caras de una misma
moneda. La capacidad de orgasmo vaginal puede inferirse del proceso de marcha
en un 80% (Aurelie Nicholas, Universidad de Lovaina): longitud del paso y
movilidad de la columna vertebral (relajación muscular). No ocurre lo mismo con
el clitoriano. La autosatisfacción tiene un efecto somnífero y analgésico.
- La conducta sexual contribuye a la
neurogénesis, al menos en los roedores (Kelly Lambert, catedrática de
psicología en Randolph Macon). Las ratas hembras pautan los momentos de monta e
intromisión de los machos.
Un número muy completo, sumamente interesante.
Mi gratitud a Pilar Bronchal y su equipo de Mente & Cerebro.