Deliciosa la cenita anoche en Clectic, junto a Marqués del Turia, con compañeras de ManpowerGroup. Y descanso en el Hotel Dimar.
Esta mañana he participado en la MasterClass
de José Antonio Marina en Valencia sobre ‘Objetivo: generar Talento’. Un gran
honor.
Creo que es de justicia presentar al profesor
Marina como se merece, como el mejor pensador español de nuestro tiempo. Le
conocí en un Congreso de AIESEC en San Sebastián allá por el año 1989, el de la
caída del muro de Berlín. Me impresionó su sabiduría, capacidad de reflexión,
claridad de ideas y bonhomía.
En 1992, el año de los Juegos de Barcelona,
la Expo de Sevilla y la capitalidad cultural europea de Madrid, José Antonio
Marina nos dio el primer fogonazo (el primer “zasca” intelectual, diríamos
ahora) con ‘Elogio y Refutación del Ingenio’, Premio Anagrama de Ensayo. “¿Cómo
ha de funcionar la inteligencia humana para que sean posibles las
ingeniosidades? El ingenio es” el proyecto que elabora la inteligencia para
vivir jugando”. Su meta es conseguir una libertad desligada, a salvo de la
veneración y la norma. Su método, la devaluación generalizada de la realidad.
Este libro es un “psicoanálisis lingüístico”
del ingenio, y pretende descubrir el modelo que se utiliza para saber si algo
es ingenioso y las motivaciones profundas que han unificado en un mismo
campo semántico conceptos muy distintos e incluso opuestos.
Nos adentramos en el lenguaje, en la
literatura del siglo de Oro y en la actual, en la filosofía, en la
economía, el humor, la sociedad del siglo XX, y sobre todo en el
arte moderno, para descubrir sus mecanismos psicológicos y mentales.”
Pero no fue flor de un día, ni mucho menos. Al año siguiente, 1993,
publicó ‘Teoría de la Inteligencia creadora’: “La inteligencia es la capacidad de dirigir el
comportamiento utilizando la información que capta y elabora ella misma, una
inteligencia creadora que descubre posibilidades nuevas en la realidad,
selecciona sus metas y las ejecuta, y que por tanto está encaminada a la
acción.
Podemos distinguir un “Yo ocurrente”, que
produce ocurrencias de forma involuntaria y espontánea, sin control, y un “Yo
ejecutivo”, que intenta dirigir y suscitar las ocurrencias, conoce la realidad
e inventa posibilidades y fines, por eso es también un Yo creador que extrae y
crea información voluntariamente.”
Y con este libro, la primera de sus “islas”,
la de la Inteligencia: ‘La inteligencia fracasada’ (2000), ‘El vuelo de la
inteligencia’ (2004), ‘La inteligencia ejecutiva’ (2012).
Volvamos a su tercer libro, ‘Ética para
náufragos’ (1995). “Una
nueva manera de concebir la ética, no como una colección de reglas y
prohibiciones, sino como las mejores soluciones que ha encontrado la
inteligencia para resolver los problemas vitales del hombre. La función
principal de la inteligencia humana es dirigir el comportamiento y resolver los
conflictos que nos impiden conseguir la meta que todos deseamos: la felicidad.
La felicidad privada, subjetiva, varia de unos a otros, pero la inteligencia ha
encontrado una felicidad objetiva y universal, sobre ella se fundamenta la
ética.” En la “isla” de la Ética, sus obras ‘La lucha por la dignidad’ (2000)
con María de la Válgoma, ‘Anatomía del miedo’ (2006), ‘La pasión del poder’
(2006), ‘Pequeño tratado de los grandes vicios’ (2011), ‘El aprendizaje de la
creatividad’ (2011) con Eva Marina.
Cuarto libro, ‘El laberinto sentimental’
(1996), publicado el mismo año que la ‘Inteligencia emocional’ de Daniel
Goleman. “El objetivo de este libro es elaborar una ciencia de la inteligencia
afectiva- integrando conceptos de la neurología, la psicología y la antropología-,
describir los sentimientos y analizarlos, descubriendo su estructura y las
leyes que les rigen. Para su elaboración se parte del estudio de la
bibliografía científica más importante y actual, recogida y comentada al
final en una guía bibliográfica; de los textos de grandes autores
moralistas, poetas o filósofos que a lo largo de la historia se han ocupado del
tema; del léxico sentimental y sus campos metafóricos, que constituyen una
importante fuente de información; y fundamentalmente de las teorías sobre
la inteligencia, la ética o el lenguaje desarrolladas por Marina en obras
anteriores, en una visión integradora y sistemática del conocimiento.” En la
isla de la inteligencia afectiva, el ‘Diccionario de los sentimientos’ con
Marisa López Penas (1999), ‘Hablemos de la vida’ (2002) con Nativel Preciado,
‘El rompecabezas de la sexualidad’, también de 2002, mi favorito, ‘Palabras de
Amor’ (2009) y ‘Escuela de parejas’ (2012).
Como se dice en el argot taurino, “no hay
quinto malo”. El de José Antonio Marina fue, nada más y nada menos, ‘El
misterio de la voluntad perdida’ (1997) “La voluntad ha desaparecido de los
libros de psicología, y en gran parte de la sociedad está desprestigiada por su
relación con la coacción o la disciplina, que la oponen a la libertad, el valor
dominante en nuestra sociedad. La falta de voluntad da lugar a una serie de
problemas serios: falta de responsabilidad personal, incapacidad para mantener
el esfuerzo, indolencia, impulsividad, frustración… Es necesario, pues, recuperarla,
porque mediante la voluntad dirigimos nuestra conducta y podemos alcanzar
nuestras aspiraciones. La voluntad es la inteligencia aplicada a la acción, y
sin ella estaríamos sometidos a nuestros impulsos, a nuestro destino o al azar.
Explicar nuestro afán por liberarnos todo ello es el objetivo de este libro.”
En la isla de la Educación, ‘Aprender a vivir’ (2004), ‘La magia de leer’
(2005), ‘La magia de escribir’ (2007), ambos con María de la Válgoma, ‘El
aprendizaje de la sabiduría’ (2009), ‘La recuperación de la autoridad’ (2009),
‘El cerebro infantil: la gran oportunidad’ (2011), ‘Los miedos y el aprendizaje
de la valentía’ (2014), ‘La inteligencia que aprende’ (2015), con Carmen
Pellicer, ‘Tratado de Filosofía ZOOM’ (2016) y ‘Vence tus miedos’, también de
2016.
‘Crónicas de la ultramodernidad’ (2000)
inaugura la isla de las variantes de la creatividad. “En nuestra sociedad se
enfrentan dos sistemas de creencias: la modernidad, basada en el
pensamiento ilustrado, que se define por el culto a la razón y a la
ciencia; y la postmodernidad, que identifica inteligencia con creación, y
que no confía en la razón, ni en las verdades absolutas. Superando ambas,
la Ultramodernidad desarrolla una nueva teoría de la inteligencia cuya función
esencial no es el conocimiento sino dirigir el comportamiento para salir bien
parados de la situación en la que estamos, y que incluye los sentimientos y los
mecanismos de autocontrol de la conducta, la voluntad.
Su característica principal es la capacidad
de inventar posibilidades en la realidad. Es, por tanto, una inteligencia
creadora que inventa fines, los evalúa, elabora proyectos y los ejecuta,
una inteligencia encaminada a la acción. Su meta es la felicidad y su
culminación la ética.”
En esta isla de las variantes de la
creatividad están sus obras ‘Memorias de un investigador privado’ (2003), ‘La
creación económica’ (2008, Premio Everis de Ensayo), ‘Historia de la pintura’
(2010), con Antonio Mingote, ‘Crear en La Vanguardia’ (2012), ‘La creatividad
literaria’ (2013) con Álvaro Pombo y ‘La creatividad económica’ (2013) con
Santiago Satrústegui.
La isla de la cultura y la concordia se
inició con ‘La selva del lenguaje’ (1998): “En origen, la necesidad de colaborar debió de
presionar para que un ser con capacidad para detener el tirón del estímulo
comenzase a crear estímulos artificiales, las palabras, que le permitieran
comunicarse. Las palabras son signos que representan un saber plegado y
heterogéneo, mediante las cuales unificamos grandes bloques de información.
El lenguaje es un sistema eficaz de
comunicación, además de un gran configurador de la subjetividad humana; supone
la presencia de la cultura en las estructuras psicológicas. La lingüística
adquiere su sentido más profundo al encuadrarla dentro de una teoría de la
inteligencia que se adentre en la personalidad del hablante, en el mundo real
del sujeto que habla, escucha y entiende. Para comprender cómo hablamos,
entendemos o seleccionamos significados es necesario entrar a fondo en la
psicología del lenguaje.”
En la isla de la cultura y la concordia,
textos tan importantes como ‘Dictamen sobre Dios’ (2001), ‘Por qué soy
cristiano’ (2005), ‘La conspiración de las lectoras’, con María Teresa
Rodríguez de Castro, ‘Las culturas fracasadas’ (2010) y ‘Despertad al diplodocus’
(2015).
El punto de inflexión se produce con ‘El
bucle prodigioso’ (2012): “Veinte años después de la publicación de su primer libro, Elogio y
refutación del ingenio, José Antonio Marina pretende hacer una cartografía
del sistema de ideas que ha ido elaborando en su obra escrita. La filosofía es
un sistema conceptual que pretende describir y explicar tanto la realidad
natural como la realidad social y cultural, una estructura en que todas las
partes están relacionadas y actúan coherentemente. Con la colaboración de María
Teresa Rodríguez de Castro, expone en 33 tesis el grueso de su sistema
filosófico, y escoge precisamente ese formato de exposición para poder
someterlas públicamente a crítica y refutación.
El sistema filosófico de Marina parte del
estudio de la inteligencia humana y sus creaciones. Y en la exposición que
realiza en este libro se detiene en una fascinante posibilidad: cómo la
inteligencia humana –individual o social– crea artefactos que cambian la propia
inteligencia humana. El ser humano crea cosas que reobran sobre su propio
autor. Es lo que denomina “el bucle prodigioso”, que tiene diferentes
manifestaciones: la inteligencia estructural puede usarse de acuerdo con un
modelo de inteligencia proyectado, que revierte sobre la inteligencia
estructural y la cambia; el individuo crea cultura y la cultura crea al
individuo; nuestra inteligencia actual es estructuralmente lingüística, pero el
lenguaje fue inventado por una especie muda; la inteligencia crea ficciones que
permiten resolver problemas”.
Y de ahí, la isla del Talento: ‘La educación
del Talento’ (2010), ‘Los secretos de la motivación’ (2013), ‘Talento,
Motivación e Inteligencia’ (2014) y ‘Objetivo: Generar Talento’ (2016).
Mi gratitud a quienes habéis leído en voz alta los resúmenes de los libros de Marina. Y por supuesto al equipazo compuesto por Julia, Yolanda, Alicia, Cristina, Magda, etc.
Hoy mismo se publica ‘El bosque pedagógico’,
el nuevo libro de José Antonio Marina. Como recomendaciones finales, leer su
columna ‘Ideas’ en El Mundo los domingos (últimamente sobre las “palabras
mágicas políticas” como el relato, la calle, seducir, el cambio. Leer sus
artículos en El Confidencial (Alma, Corazón y vida) y apuntarnos al curso de la
Universidad de Padres sobre “Economía abierta” que empieza el lunes. Yo lo haré
y espero que tú también.
Todo un “archipiélago” el archipiélago
Marina, formado por siete islas como las afortunadas, las Islas Canarias, de
las que me habló Marina en el avión de vuelta de San Sebastián a Madrid. Me
habló de un hotel-refugio en la Gomera y de Martin Seligman (“indefensión
aprendida”), 10 años antes de que comenzara la Psicología Positiva.
Ha realizado José Antonio Marina una de las
mejores MasterClass que recuerdo, sobre la inteligencia generadora y la
inteligencia colectiva, con el magnífico ejemplo de cómo a García Márquez se le
ocurrió ‘Cien Años de Soledad’. Álex Pérez, de la Universidad Europea de
Valencia, ha puesto el caso práctico de generación de talento a partir del
“engagement” con el programa Together. ¿Empleabilidad? Más del 90% de l@s
alumn@s de la UE se incorporan a empresas el primer año.
Me he quedado con ganas de ver las exposiciones de Sorolla (que empieza mañana) y la de Valdés en la Fundación Bancaja. Espero que lo pueda hacer muy pronto.
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